El próximo jueves empieza, como ya es tradicional, una nueva edición de las fiestas de Gràcia. El más tradicional de la festividad es la guarnición de algunas de las calles y plazas del barrio, aunque este domingo, poco tienen que ver con cómo lucirán a partir del jueves. Aun así, los miembros de las diferentes comisiones están trabajando a contrarreloj para tener los decorados a punto. «Todo el mundo está trabajando mucho», apunta Lina López, la presidenta de la comisión fiesta mayor de Gràcia a la ACN. En algunos casos, denuncian, los faltan manso, a pesar de que hay calles que piden que la ayuda se reparta para que sea más productiva.
La carrera para tener las calles listas el día 15 hace sufrir algunas comisiones que encaran la recta final de los preparativos «con un poco de nerviosismo», explica López. Este año hay 23 comisiones decorando las calles. Una de ellas, Fraternitat de Baix, todavía tienen los preparativos «muy verdes», admite una de las miembros, Marta Soteras. «Dependemos de la gente que venga y que podamos avanzar deprisa o hayamos de sufrir más», relata. Con todo, pide que los vecinos se «repartan», porque asegura que es difícil de gestionar mucha gente en un mismo momento.
En el caso de esta calle, han creado todo un mundo alrededor de la papiroflexia. Se trata de una idea que surgió poco antes de empezar las fiestas del año pasado. Habían hecho unas lámparas con papiroflexia que tenían que servir para el decorado de aquella edición, pero que prefirieron reservarse por este año. Y de aquella idea inicial han ido creando el resto de elementos.
Pertenecer a una comunidad
Más allá de la decoración de la calle, Soteras hace valer el sentido de comunidad que hay entre los vecinos «todo el año». «Es el hecho de encontrarse en el local, quedar dos o tres días por semana, hacer un poco de trabajo, pero también pasar el rato. Hay gente que durante el año esto lo necesita y le gusta», explica.
En esta línea, la presidenta de la comisión de la calle Llibertat, Andrea Trigo, señala que el ambiente que se crea es «muy bonito». «Somos un montón de gente que compartimos la villa y somos una comunidad que se mueve hacia una misma dirección. Quizás no somos muy hábiles con las manos, pero siempre se puede hacer algo. Esto te hace sentir útil, parte de una comunidad muy grande y bonita», explica. En su caso están creando ‘La bodega de Libertad’, una calle que se dividirá en diferentes tramos, donde se podrá ver una viña, una cava y, incluso, una parte de una masía.
«Encontrar el equilibrio» con el ruido
La polémica más habitual alrededor de las fiestas de Gràcia es, sin duda, el ruido y la masificación y este año no será una excepción. Para intentar mitigarlo, la comisión de las fiestas ha ideado diferentes medidas. Por un lado, la instauración de un día común en que todas las calles declaran una «noche tranquila». López explica que es una iniciativa que ya contemplaba el reglamento, pero que cada calle llevaba a cabo cuando y en la medida que quería. Este año, el 18 de agosto es el día escogido por todo el mundo, y a pesar de que no habrá silencio, «se bajará el volumen» con el objetivo que todo el mundo pueda participar de la fiesta. Además, se prevé por aquella noche un programa de actividades vecinales, con una cena de hermandad entre las diferentes comisiones y cine a la fresca, por ejemplo. El objetivo final es que los vecinos que normalmente no se vinculan con la fiesta por diferentes motivos también pueda formar parte.
Desde Libertad, Tardo señala que la llamada «noche tranquila» será un descanso por los vecinos. «No quiere decir que se pare todo, quiere decir que vayamos a hacer una actividad más enfocada a las vecinas para que puedan seguir disfrutando de unas fiestas sin tener que esquivar a nadie», señala. «Estamos haciendo que la gente vuelva a sentirse acogida a su villa», añade.
Para ordenar el tráfico de personas durante los días de fiesta se mantiene la iniciativa de circular en un sentido único. Los vecinos tendrán unas pulseras distintivas para poder entrar y salir libremente. Otra de las novedades es el traslado del anuncio de los ganadores a la mejor decoración. Normalmente, se hacía el día 17 y esto provocaba que todo el mundo quisiera ir a ver los primeros premios. Trasladando este anuncio al final de las fiestas, prevén que los visitantes se distribuirán de una manera más equitativa.
