La portavoz del Govern, Sílvia Paneque, ha admitido este miércoles las dificultades que pueden llegar a tener los manteros, y cualquier otro migrante, para apuntarse en los cursos de catalán que ofrece el Consorcio para la Normalización Lingüística (CPNL). Este lunes el Sindicato de Manteros denunció que es «casi imposible» apuntarse a las clases de catalán y criticó que el plazo para inscribirse sea de solo dos días y en horario laboral. Además, lamentaron que a las nueve de la mañana el web estaba colapsado y con una larga cola de espera. Durante la rueda de prensa, Paneque ha afirmado que el Govern es «consciente de esta carencia y distorsión» y ha garantizado que la consellería de Política Lingüística ya ha empezado a trabajar para hacer los cambios necesarios para poder «dar salida en todas las necesidades», pero sin concretar demasiado. Según la portavoz, de momento se está haciendo una primera valoración de la cuestión para estudiar todas las propuestas de mejora y solución de la situación.
Este mismo martes, el portavoz del sindicato, Aziz Faye, ha reclamado en declaraciones en TV3 que el objetivo de la plataforma es que las administraciones, desde el Govern hasta los Ayuntamientos, les «faciliten la vida, no solo en el ámbito administrativo, también a escala social». Además, ha recordado que una vez los migrantes llegan a Cataluña que el «racismo los excluye de la sociedad a muchos niveles», un hecho que puede acabar provocando una dificultad añadida para la integración en el país y que se acaben formando grupos donde solo se habla un idioma extranjero que no se pueden integrar a causa de la barrera del idioma.
Según el comunicado del Sindicato de Manteros de ayer, en las redes sociales solo se han podido inscribir cinco personas en estos cursos de catalán, a pesar de tener una alta demanda. “Inscribirse a clases de catalán es más difícil que conseguir entradas por un concierto de Oasis”, criticaban irónicamente. Además, el colectivo de manteros relataba que la inscripción en los cursos solo está disponible en cuatro idiomas: catalán, castellano, francés e inglés, un hecho que puede llegar a suponer un agravio para algunas de las personas inmigradas que quieren apuntarse. “Obviamente, no son las lenguas de muchas de las personas que llegan a Cataluña”, lamentan. El otro aspecto que critican los manteros son los horarios, que no tienen en cuenta la mayoría de las personas migrantes tienen trabajos “extremadamente precarios” y que faltar “es un lujo” que no se pueden permitir.