Los últimos datos municipales han dejado de manifiesto que solo un 36% de los vecinos de Barcelona utiliza el catalán como lengua habitual, mientras que el castellano lo es en el 55,9% de los casos. El catalán toca fondo. Es el mínimo histórico desde que se hace la pregunta en la encuesta de servicios municipales. «Hoy reprobamos la inacción del gobierno y pedimos de nuevo que se abandone el postureo lingüístico, que se implementen medidas contundentes para que el catalán no sea un souvenir», ha espetado Joan Rodríguez, concejal de Junts. La propuesta ‘juntaire’ vuelve a pedir que se cree «en el plazo de un mes» la figura del comisionado para la lengua catalana, una medida pactada también con ERC, exige nuevas «alianzas con otros ayuntamientos», usar el catalán como lengua de las «comunicaciones y discursos» del Ayuntamiento o promocionar el catalán entre los jóvenes «en cada distrito de la ciudad».
Junts desglosa en total una quincena de propuestas y exige la implementación de las 68 medidas de fomento del catalán acordadas el mandato anterior, incluyendo la creación de una «comisión interdepartamental» para fomentar el uso del catalán «donde estén representados los grupos municipales». Rodríguez ha concluido que Collboni «no tiene ni una mínima preocupación» por la situación del catalán: «Hay una crisis climática, de vivienda y cívica, y el gobierno simula que actúa. Pero cuando hablamos del catalán, de nuestra lengua, la respuesta municipal es nula, ni acción ni simulacro».

ERC desglosa un plan pactado con la restauración
ERC, que previamente ha remarcado que 18 propuestas implementadas eran iniciativa suya, ha presentado este viernes su plan -acordado con el Gremi de la Restauració- de fortalecimiento y uso de la lengua catalana en el sector de la restauración de la ciudad, en colaboración con los Departamentos de Empresa y Trabajo y de Política Lingüística de la Generalitat.
La presidenta del grupo republicano, Elisenda Alamany, ha defendido que los bares y restaurantes generan «espacios de socialización» y que, por tanto, es necesario que el catalán esté presente. La republicana ha defendido el derecho a «vivir libremente en catalán», una expresión que replicó poco después Rodríguez. El ‘juntaire’ ha aumentado su voto favorable a la medida de ERC porque va en la línea de aquella que ha presentado Junts minutos antes y porque propone el catalán como «ascensor social».

El 78% del sector de la restauración entiende el catalán y un 55% lo habla, ha recordado ERC, que lamenta, en cambio, que «cada vez es más difícil encontrar una carta escrita en catalán o directamente que te atiendan en catalán». «Cada vez hay más locales viviendo de espaldas a lo que representa Barcelona», ha remarcado, citando la restauración como un sector «estratégico» para el catalán.
El gobierno defiende su acción
El ejecutivo de Collboni no ha comprado el discurso de Junts, ERC y BComú y ha negado cualquier inacción respecto al catalán. El concejal Lluís Rabell ha insinuado que las propuestas de Junts ya han sido pactadas con ERC y ha remarcado el «compromiso firme» con el fomento de la lengua. En un «primer balance» de las 68 medidas «en curso», Rabell ha defendido que hay subvenciones pactadas con el Institut d’Estudis Catalans (IEC) para fomentar su uso entre la población más joven. También ha recordado un acuerdo con el Consorci de Normalització Lingüística por valor de 1,8 millones de euros y un plan para fomentar la lengua entre los alumnos de segundo y tercero de ESO. También ha presumido del Pla de Barris y ha negado que las comunicaciones oficiales no se hagan en catalán.
Poco después, respondiendo a la propuesta de ERC, la concejala de Comercio, Raquel Gil, ha celebrado el «compromiso» del Gremi de Restauració en el fomento del catalán porque el sector empresarial, ha dicho Gil, debe «garantizar los derechos lingüísticos de los trabajadores». El gobierno municipal se ha comprometido a estudiar las propuestas y ha recordado que las últimas subvenciones en el ámbito comercial han incorporado el catalán como un requisito a sumar.


