Las imágenes de personas traspasando las vallas y accediendo a la playa contaminada de Sant Adrià de Besòs continúan siendo una constante. Desde su cierre ahora hace más de dos años por el hallazgo de altos niveles de sustancias potencialmente cancerígenas en la capa superficial de la arena, la playa del Litoral -principal zona de baño del municipio vecino- no ha dejado de tener afluencia de personas prácticamente ningún día del año. Los carteles indicando su clausura para preservar la salud de los usuarios no han tenido el efecto disuasivo esperado y miles de personas han hecho uso del espacio desde mayo del 2021.
Durante este tiempo, varias entidades ecologistas de la zona como Airenet o la Marea Verde han ido denunciando esta situación recurrente y la dejadez municipal a la hora de blindar los accesos en la playa, que a pesar de contar con unas vallas que la delimitan, estas son fácilmente accesibles y muchas veces han acabado tumbadas en el suelo. Solo la presencia de las máquinas excavadoras que se han encargado de las dos actuaciones de descontaminación del espacio han conseguido frenar a los numerosos usuarios que ajenos a la peligrosidad real de la zona han querido acceder poniendo en riesgo su integridad.
El TOT Barcelona ha podido comprobar esta semana de primera mano como varias personas no seguían las indicaciones de los carteles y accedían a la playa del Litoral por diferentes tramos donde las vallas o bien encuentran abiertas o bien están completamente tumbadas. La mayoría lo hacían hacer sin conocer las razones reales del cierre o sin darse cuenta del grado de riesgo que estaban asumiendo y apuntan que se trata de una práctica habitual, sobre todo los fines de semana.
Entre cuatro y seis meses más de cierre
Una vez concluidos los segundos trabajos para limpiar esta parte de la franja litoral, después de que la Agencia de Residuos de Cataluña (ARCO) volviera a encontrar este septiembre niveles inadmisibles de restos de metales pesados en una parte del espacio, la playa del Litoral está ahora pendiente de la revisión por parte del equipo técnico de la Generalitat, que analizará otra vez la capa superficial de la arena para determinar si todavía hay material tóxico. Esto supone que hasta que no haya resultados concluyentes al respeto, la zona de baño continúa siendo potencialmente peligrosa para todas las personas que actualmente están haciendo uso.
La previsión es que la comprobación del buen estado de la franja afectada dilate la esperada reapertura de la playa entre cuatro y seis meses, de forma que los adrianencs no podrían volver a utilizarla sin peligro hasta principios del 2024. A la espera de conocer las cifras oficiales de la actuación, la descontaminación del espacio habrá superado holgadamente los 1,2 millones de euros que se habían previsto inicialmente y que van a cargo del Ministerio de Transición Ecológica del gobierno español.
En este sentido, hay que recordar que el TOT Barcelona ya apuntó a principios de agosto que los trabajos de descontaminación de la playa se habían centrado únicamente en puntos concretos del espacio donde se habían detectado niveles elevados de sustancias cancerígenas, comprendiendo una superficie total que equivale aproximadamente a una cuarta parte de los casi 30.000 metros cuadrados que tiene esta franja del litoral.
