Un mural del artista Rock Blackblock denuncia que el turismo está matando Barcelona. De gran formato, la pintura se ha realizado este mes de marzo en el Teatre Arnau, que esta primavera será reformado íntegramente para recuperarlo como espacio escénico. En la obra de Rock Blackblock se puede leer en inglés: «Tourism is killing this city».

Maletas ardiendo, en el mural de Roc Blackblock, en el Teatre Arnau / Jordi Subirana

Autor de murales con fuerte carga social y reivindicativa, el año pasado pintó uno en Vallcarca en recuerdo de Salvador Puig Antich, coincidiendo con los 50 años de su asesinato por el régimen franquista. También hizo uno en el parc de les Tres Xemeneies del Poble-sec en contra del rey emérito Juan Carlos I (con flechas clavadas en la cabeza y la palabra ladrón), que el Ayuntamiento borró y luego reconoció que fue un error. Y, recientemente, ha creado uno en el barrio del Clot que demoniza las figuras de Donald Trump y Elon Musk.

El mural antimonárquico borrado por el Ayuntamiento en el Parc de les Tres Xemeneies / Roc Blackblock

Maletas ardiendo en una ciudad en venta

Ahora, el nuevo mural del artista, en el Teatre Arnau, carga contra el turismo. El mural incluye maletas ardiendo y un cartel que Barcelona está en venta, con un precio de 10 millones para el vecindario y 0,99 para los inversores. Y reivindica «la Barcelona del vecindario», la cual debe estar basada en la gestión comunitaria, la economía social y solidaria, la cultura popular, el urbanismo feminista, espacios reapropiados, proyectos vecinales, infraestructuras colectivas y barrios sostenibles.

Durante 10 años han pintado infinidad de artistas. Pronto comenzarán las obras y el proyecto final no respeta los acuerdos del anterior consistorio y desaparece el aspecto comunitario del proyecto. Para el último mural me propusieron cerrar el ciclo ya que lo inicié yo y he decidido apretar un poco…

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— Roc Blackblock (@rocblackblock.bsky.social) 24 de marzo de 2025, 19:35

En una publicación en la red Bluesky, Roc Blackblock critica que el proyecto final para recuperar el Teatre Arnau «no respeta los acuerdos del anterior consistorio y desaparece el aspecto comunitario». Y añade que la obra es una nueva impugnación al modelo de ciudad que nos quieren imponer. «No nos rendimos, otra Barcelona es posible», subraya.

Barcelona, en venta, en el mural de Roc Blackblock, en el Teatre Arnau / Jordi Subirana

El Teatre Arnau es propiedad del Ayuntamiento de Barcelona desde que fue comprado por el alcalde Jordi Hereu en febrero de 2011. En estos años, ninguno de los gobiernos de la ciudad ha sido capaz de recuperar el edificio, que está totalmente abandonado y se cae a pedazos. Durante el primer mandato de Ada Colau (2015-2019), se encargó el proyecto de reforma, pero las obras se fueron retrasando y nunca se ejecutaron por falta de presupuesto. En un principio, la idea del Ayuntamiento era derribar el Arnau por deficiencias estructurales. Así se dijo en 2016. Pero finalmente esta opción se descartó y se aseguró que el inmueble, el último teatro de barraca de Barcelona, se podría salvar.

‘La Barcelona del vecindario’, una reivindicación del artista Roc Blackblock en el Teatre Arnau / Jordi Subirana

Proyecto arquitectónico revisado

Con Jaume Collboni como alcalde, la propuesta arquitectónica se ha revisado, lo que ha conllevado la supresión de la planta del sótano, reduciendo la superficie construida y optimizando la distribución de los espacios. «Esta modificación responde a la necesidad de adaptar el equipamiento a las nuevas necesidades funcionales y operativas para garantizar un funcionamiento más eficiente y adecuado a los nuevos usos culturales previstos», según el consistorio.

Los usos que se prevén para el teatro serán actividades de artes vivas, artes escénicas y otras manifestaciones culturales “que históricamente se han desarrollado en este espacio”. Además, se pretende “fomentar el trabajo comunitario y el arraigo en los barrios adyacentes al teatro, como el Poble-sec, el Raval y Sant Antoni, implicando tanto al vecindario como a entidades, iniciativas y profesionales del sector cultural en el proyecto”, subrayó el consistorio.

Rock Blackblock pinta el mural en recuerdo de Puig Antich en Vallcarca, el año pasado / JM

Las obras deberían comenzar el segundo trimestre de 2025 y estar finalizadas entre enero y marzo de 2027. El presupuesto de la reforma será de 10,1 millones, unos 1,5 millones menos de lo previsto inicialmente.

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