«No al cierre, [la escuela] Les Manetes mantendremos». Este ha sido el clamor generalizado de la cincuentena de familias y vecinos del barrio de Sant Andreu que se han concentrado este lunes por la tarde a las puertas de la sede del distrito para protestar contra el cierre de la guardería Les Manetes. El pasado lunes 17 de febrero una veintena de familias recibieron como un jarro de agua fría la noticia del cierre de la guardería, una guardería privada que cubría una etapa de la enseñanza previa a la educación obligatoria. A través de un comunicado, y tal como han confirmado desde el Consorcio de Educación de Barcelona, la guardería del barrio de Sant Andreu se veía obligada a cerrar sus puertas por motivos económicos: «El sector de las guarderías en Cataluña atraviesa actualmente una grave crisis que ha comportado la inviabilidad del negocio, motivo por el cual durante el último año ha sido un goteo de noticias de cierre de diversas guarderías», apuntaban.
Las familias denuncian que, desde la noticia del cierre, han quedado huérfanas de guardería para el resto del curso, ya que el centro cerrará sus puertas definitivamente el viernes 28 de febrero. Para expresar su malestar ante la decisión del cierre, cerca de una cincuentena de familias y vecinos del barrio se han concentrado este lunes por la tarde en la plaza de Orfila, a las puertas de la sede del distrito, para reivindicar su situación al grito de «no al cierre, Manetes mantendremos». «Ahora tenemos que encontrar algo para nuestros hijos, porque los niños se quedarán en la calle«, lamentan las familias. Durante la protesta, entre el ruido de los silbatos y las proclamas, los manifestantes han reivindicado la figura de estas escuelas para la conciliación familiar: «Para educar a un niño se necesita toda la tribu», apuntan en unas de las pancartas y los carteles que han extendido por la plaza de Orfila.
El síndico también reclama no cerrar la guardería
A las reclamaciones de las familias se suma también el síndico de agravios, el cual ha solicitado al consorcio barcelonés -que es el órgano a quien se notifican los cierres y las aperturas de guarderías de la capital catalana- que no autorice el cese de la actividad de este centro educativo sin que antes se escolarice a los niños y niñas afectados. De hecho, según denuncian las familias, la administración catalana no ha dado ningún paso para intentar recolocar a los niños que quedarán sin escuela a partir del mes de marzo. Teniendo en cuenta esta situación, la sindicatura recuerda que el decreto 122/2012 del procedimiento de autorización y comunicación previa para la apertura de centros educativos privados estipula que “la autorización del centro se extingue por resolución administrativa que acepte el cese de actividades, una vez garantizada la escolarización del alumnado afectado”. Es decir, que la administración está obligada a darles una alternativa a todas las familias que se han quedado sin plaza por el cierre repentino de su guardería. Un hecho que cada vez es más habitual, tanto en Barcelona como en otras localidades catalanas, debido a la crisis que atraviesa el sector.
