El escritor y periodista español, excolaborador del Tot es mou y Els Matins de TV3, Juan Soto Ivars, ha cargado contra el «nacionalismo» por haber hecho que Barcelona sea «un coñazo». En un video del usuario @temblad_zurdos el periodista asegura que «Madrid es la polla y Barcelona un coñazo» por el efecto que ha tenido el nacionalismo. «La gente tiene el que se merece, el nacionalismo lo pudre todo«, añade antes de tirarse a argumentar. Ivars dice que no ha sido el independentismo, sino el nacionalismo, pero aun así carga contra el movimiento por haber hecho «invivible» la ciudad durante los años del Proceso.
Es tan obsceno todo el que dice que no sé que decir!! pic.twitter.com/5hyx7ngylf
— Saralidiaester✍️ (@SrDelBarret) July 21, 2024
«En mi calle quemaron todos los contenedores, a amigos por españolistas les han escupido… A Isabel Coixet le pintaron la puerta de casa. Pero lo que me jode de Barcelona no es esto», explica antes de empezar a detallar qué es el que tanto le molesta de la ciudad. «Tú y yo nos acabamos de conocer, nos tomamos una caña debajo de tu casa, y de golpe me dices que te marchas porque has quedado con unos amigos. Me dejas tirado. Esto me ha pasado miles de veces en Barcelona», pose como ejemplo.
«No es que la gente sea nazi, pero hay provincianismo»
También le molesta haber visto «pocas casas de amigos» en los doce años que lleva viviendo en Barcelona. «Esto es lo que yo denomino nacionalismo. Es donde más se nota, un giro hacia adentro donde las cosas que podrían ser socialmente dinámicas se paralizan. No es que la gente se vuelva nazi, los catalanes son gente en general abierta de mente y puedes hablar de todo. A veces se les pinta como una sociedad mucho más talibana de lo que es, pero sí que están ensimismados», razona el periodista español.
Ivars carga contra la gente que tiene cuarenta años y «continúa quedando con los amigos del instituto». «Esto es provincianismo puro», critica alardeando de su sensación de superioridad. Según el periodista español, el provincialismo y el nacionalismo convierten Barcelona «en un coñazo». «No hay otra palabra para definirla: un coñazo», concluye.