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Estas son dos de las mejores bravas que se pueden comer en Barcelona

Barcelona es una ciudad de bravas. Se pueden comer en decenas de establecimientos de todos los barrios. Un clásico entre los clásicos es el bar Tomás de Sarrià (Major de Sarrià, 49). Otro, situado en la otra punta del Tomàs, es la Esquinica, en el paseo de Fabra y Puig, 296. Recientemente, el Bravas Fest ha elegido las mejores bravas de Cataluña, y de los tres premios que se han entregado, dos han sido a negocios de la capital catalana.

El premio del jurado del acontecimiento, entre el que estaba el inflluencer Rafuel, se lo ha llevado las bravas del Rooster & Bubbles, un restaurante del Born que se encuentra en Pla de Palau, 12. Especializado en pollo a l’ast y cava desde 1962, sus patatas bravas, bautizadas como Monalisa, se sirven con alioli y shichimi togarashi (especies japonesas).

El otro bar de Barcelona que fue galardonado es todo un clásico, el Montesquiu de la calle de Mandri, 56. En el Bravas Fest recibió el premio honorífico. Con 72 años de historia, el establecimiento de la zona alta es propiedad desde 1991 del empresario Javier de las Muelas. Las bravas que ofrece están hechas con patatas panaderas con salsa de pimentón ahumado, romesco, vinagre y alioli. Una curiosidad de este bar es que tienen un marcador con el número de bravas que han servido: cerca de 900.000 el pasado abril.

Unas 42.000 raciones de bravas

El Bravas Fest tuvo lugar del 4 al 6 de octubre en el Poble Espanyol. Pasaron unas 30.000 personas y se sirvieron unas 42.000 raciones de bravas, unas 10 toneladas y media. El público también podía premiar a uno de los 14 negocios participantes. En este caso, el galardón fue para XinVic, un gastrobar de cocina creativa situado en el núcleo antiguo de Vic. Sus bravas están preparadas con una salsa de carne de ternera, lima y cebolla.

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