El RACC ha presentado este miércoles el 23º estudio IRAP, que analiza el trienio 2021-2023, y ha dado a conocer la carretera más peligrosa de toda Cataluña. Un año más, l’Arrabassada ha vuelto a ser considerada la vía más peligrosa de Cataluña, sobre todo por la elevada cifra de siniestros con motocicletas implicadas que tienen lugar. De hecho, según los datos que se han dado a conocer, en el 100% de los accidentes con muertos y heridos graves participa al menos una motocicleta.

El director general de Infraestructuras de Movilidad del Departamento de Territorio, David Prat, ha asegurado que la Generalitat “ya no sabe qué más hacer” para reducir la siniestralidad en esta carretera, y ha recordado que en el año 2022 se hizo una inversión de 700.000 euros en separadores de flujos y cunetas pisables para mejorar la seguridad en la vía.

A pesar de las mejoras realizadas, Prat ha lamentado que en los últimos tres años se han producido diez accidentes mortales, todos con una moto implicada. “Hemos hecho muchas intervenciones, pero vemos que no hay una correlación entre los accidentes que hay y las mejoras que se pueden hacer”, ha señalado Prat que se ha mostrado convencido de que en esta carretera «hay un problema de incivismo».

Un joven es atendido en la carretera de l'Arrabassada después de caer / D.C.
Un joven es atendido en la carretera de l’Arrabassada después de caer / D.C.

Las vías catalanas más peligrosas

Además de l’Arrabassada, en la lista de las carreteras más peligrosas de Cataluña están: la T-314 entre Cambrils y Reus; la B-502 entre Vilassar de Mar y Argentona; la BV-5001, entre Martorelles y Vilanova del Vallès; la TP-7225, entre Reus y el Morell; la GI-64, entre Torroella de Montgrí y l’Estartit; la BP-2151, entre Sant Sadurní d’Anoia y Sant Pere de Ribes; la GI-643 entre Torroella de Montgrí y Parlavà; la BV-1201, entre Olesa y Castellbisbal y la GI-673 y GI-674 entre Caldes de Malavella y Llagostera. Es decir, cinco de las diez más peligrosas se encuentran en Barcelona.

De hecho, el índice de riesgo en las carreteras catalanas, que mide la probabilidad de sufrir un accidente, ha crecido un 5,7% en los últimos 3 años, cambiando la tendencia a la baja que se arrastraba desde hace 11. Además, en Barcelona, y también en Girona, aumenta el número de kilómetros con riesgo “alto” y “muy alto” en 2 y 4 puntos porcentuales, respectivamente. Lleida disminuye en 1 punto y Tarragona es la que más baja, con 10 puntos (de 21% a 11%).

Las carreteras más seguras

Por el contrario, el tramo con menos riesgo de Cataluña durante este trienio fue la C-23 en Gurb y Calldenes (Barcelona) y, aunque se registran más de 20.000 vehículos diarios, «no tiene ningún accidente mortal o grave registrado en los últimos 3 años». Le sigue el tramo de la A-7 que va de Vandellós a Cambrils, el de la C-16 entre Navàs y Gironella y el de la B-40 entre Viladecavalls y Terrassa.

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