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Escapada a La Rioja: un hotel con historia, bodegas centenarias y pintxos en la calle del Laurel

A pesar de estar a las puertas del puente de la Purísima y de las vacaciones de Navidad y Año Nuevo, muchas de las personas que harán una escapada probablemente aún no han decidido dónde irán. A una distancia razonable de Barcelona, La Rioja es un lugar ideal donde pasar dos o tres días para disfrutar de una buena gastronomía, conocer la arquitectura y el arte de Logroño y adentrarse en la cultura del vino. El “vino de Rioja”, tal como se dice oficialmente, es por donde pivota buena parte de la vida y la industria de esta tierra. Alojarse en el hotel Áurea Palacio de Correos de Logroño, visitar las bodegas centenarias de las Bodegas Franco Españolas, almorzar o cenar en el emblemático restaurante Wine Fandango, pasear por la calle de la Ruavieja (donde en 1680 ya se fabricaban unas 330,000 cántaras de vino, el equivalente a 5.2 millones de litros) y degustar pintxos en la conocida calle del Laurel son algunas de las propuestas recomendables durante un viaje a La Rioja y su capital, Logroño. También es obligatorio hacer una visita a la Concatedral Parroquia Santa María de la Redonda y ver El calvario de Miguel Ángel, y acercarse hasta el barrio de la Estación del municipio de Haro, donde se encuentra la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo. En Haro, además, los queseros pueden descubrir la fábrica de Los Cameros, maestros queseros desde 1961.

La terraza del Áurea Palacio de Correos, en Logroño / Eurostars

El Áurea Palacio de Correos, el único cinco estrellas de Logroño 

El Áurea Palacio de Correos es sin duda el mejor hotel de Logroño. Con cinco estrellas es el único de esta categoría de la ciudad. Pertenece a la compañía Eurostars del Grupo Hotusa, fundado por el empresario gallego Amancio López Sejias en Barcelona en 1977. Con el proyecto Áurea, Eurostars recupera edificios históricos de una ciudad y los convierte en hoteles. Hasta ahora, suman cuatro. Además del Palacio de Correos, la cadena cuenta con el Áurea Casa Palacio Sagasta (Cádiz), el Áurea Ana Palace (Budapest) y el Áurea Convento Capuchinos (Segovia). El Áurea Palacio de Correos de Logroño ha recuperado el antiguo edificio de Correos, abandonado durante años. “Cuando cerró Correos, el inmueble comenzó a deteriorarse, pero no se podía derribar. Lo llegaron a apuntalar y estuvo rodeado de vallas. Cuando dijeron que abrirían un hotel de cinco estrellas, la ciudadanía se puso muy contenta. Muchos de los vinos de Rioja son de cinco estrellas. Si no tienes visitantes de cinco estrellas, no consumirán los vinos de cinco estrellas. No se podrá dar un servicio de cinco estrellas”, sostiene la guía turística Amelia Pereira, al frente de la agencia Amelí Rioja Tours, esencial para conocer la historia de La Rioja y del «vino de Rioja, no vino de La Rioja».

La finca donde está el Áurea Palacio de Correos es casi centenaria. La construyó el arquitecto Agapito del Valle Frías. Se comenzó a edificar en 1927 y se inauguró en 1932. De estilo neobarroco, como oficina de Correos funcionó hasta 2004. Eurostars lo recuperó como hotel en diciembre de 2021, ahora hará cuatro años. Además de la estructura del edificio, otros elementos que recuerdan su pasado son la puerta principal, que conserva el arco de medio punto y los leones de la fachada (antiguos buzones), y las postales y carteles de los pasillos. El cartel más antiguo es de 1900 y el más nuevo de 1979. Con 41 habitaciones, el Áurea Palacio de Correos dispone también de restaurante propio, gimnasio, estación termal y aparcamiento. Está situado en el corazón de Logroño, en la plaza de San Agustín. “Es un lugar al que me gusta ir. La plaza de San Agustín es un lugar emblemático de la ciudad y la terraza del hotel tiene unas vistas espectaculares”, destaca la guía turística.

La Taberna del Tío Blas, en la calle del Laurel / Jordi Subirana

El ‘Matrimonio’, el pintxo por excelencia de la calle del Laurel

Con decenas de restaurantes y bares, no ir de pintxos a la calle del Laurel es un pecado. Y no probar el Matrimonio, del bar Blanco y Negro, otro. El Blanco y Negro es el establecimiento más antiguo de la zona. Fue fundado a finales del siglo XIX y a lo largo de los años se ha especializado en el Matrimonio -anchoas (en aceite, curadas en vinagre y semicurdas) con pimiento verde frito en un panecillo caliente recién horneado-, y la brocheta de queso de cabra. La oferta gastronómica y vinícola de la calle del Laurel es enorme. Otras dos paradas obligadas son El Perchas, donde el pintxo es oreja rebozada o picante, y Soriano, donde se sirve un champiñón a la plancha con gamba. La clave para recorrer la calle del Laurel es “un bar, un pintxo, un vino”, descubre la guía turística Amelia Pereira.

Visitantes en las Bodegas Franco Españolas / Bodegas Franco Españolas

Las Bodegas Franco Españolas, una bodega centenaria al lado del río Ebro

Las Bodegas Franco Españolas fueron fundadas en 1890. Mientras que el inicio de la producción vinícola en Logroño data del siglo XVI, en la calle de la Ruavieja, las grandes bodegas llegaron a la ciudad en el siglo XIX. Las Bodegas Franco Españolas fueron fundadas por un francés, Frederick d’Anglade Saurat «que huía de la filoxera”, dice la directora de enoturismo de la bodega, Elena Pilo. Ubicadas en el mismo Logroño, al lado del río Ebro, visitarlas supone entrar en un edificio patrimonial de La Rioja. De hecho, esta bodega de La Rioja asegura que fue pionera en abrirse al público ya hace dos décadas y este 2025 esperan llegar a los 80,000 visitantes. Entre las joyas que esconde hay un archivo fotográfico de los más importantes del mundo de las bodegas y un “botellero histórico”, con botellas centenarias. La más antigua es de 1904. El precio medio de las botellas históricas se sitúa en los 400 euros, pero hay algunas que son únicas y se han subastado.

El edificio de las Bodegas Franco Españolas, en Logroño / Jordi Subirana

Presente en más de 80 mercados, entre la producción de las Bodegas Franco Españolas destaca el vino Más Diamante, el primer red blend de La Rioja, promocionado en su momento por Rosalia, y el Bordón Viña Sole, un blanco que la bodega ha convertido la añada de 2018 en un Gran Reserva con una edición limitada de 7,957 botellas. En tiempos de cambios de consumo y para el sector vinícola (por el cambio climático, la situación geopolítica y la guerra arancelaria), Pilo opina que “se debe apostar por la creatividad”.  

El restaurante Wine Fandango de Logroño / Wine Fandango

Wine Fangando, un restaurante de referencia

Una parada gastronómica obligada de Logroño es el restaurante Wine Fandango. Abierto hace más de una década, el establecimiento ocupa los bajos del antiguo palacete Vara del Rey. Durante todo el siglo XX, el palacete fue el Gran Hotel de Logroño, un lugar de referencia para los ciudadanos. En Wine Fandango, tradición e innovación se dan la mano. «Somos innovadores, somos memoria», dicen. Con una cocina arraigada al producto local y una carta con más de 100 vinos, Wine Fandango destaca también por organizar dos veces al mes eventos vinícolas como La Cata Fandanguera y la Winelover Experience, que agotan las reservas en horas, y dedicar los jueves al mundo de los pintxos. Los fundadores de Wine Fandango son los hermanos Richi y Josemi Arambarri, de las bodegas Vintae. El chef ejecutivo es Luis Arrufat -autor del libro Arroz, técnica y esencia, con una treintena de recetas-, y el jefe de cocina, Sugai Larrazabal, al frente de los fogones desde el primer día. Wine Fangando tiene dos restaurantes más, uno en Formentera, y el otro en Cataluña, concretamente en Salardú, a los pies de la estación de Baqueira Beret, subraya la directora de marketing, Isabel García Castellanos.

‘El Calvari’, de Miguel Ángel, en la Concatedral Parroquia Santa María de la Redonda / Concatedral Parroquia Santa María de la Redonda de Logroño

‘El Calvari’, de Miguel Ángel

En Logroño, vale la pena también entrar a la Concatedral Parroquia Santa María de la Redonda. Allí sorprende encontrarse con un cuadro original de Miguel Ángel Buonarroti. Se trata de El Calvari, que el artista pintó en 1545 para Vittoria Colonna, la esposa de Francisco d’Ávalos, «marqués de Pescara y general de los ejércitos imperiales, muerto en la batalla de Pavía en 1525», recoge un texto de la concatedral. El proceso hasta terminar el cuadro -un óleo sobre tabla de nogal- fue largo. Miguel Ángel hizo diferentes bocetos que se conservan en el Museo del Louvre de París, la Galería Uffizi de Florencia y en el British Museum de Londres.

Una furgoneta antigua de Los Cameros, en Haro / Jordi Subirana

Quesos Los Cameros, entre bodegas centenarias en Haro

Una manera tranquila de viajar hasta La Rioja es hacerlo en tren, con llegada a Logroño y regreso desde Haro, donde se encuentra la mayor concentración de bodegas centenarias del mundo, en los alrededores del barrio de la Estación: Cune, Gómez Cruzado, La Rioja Alta, Bodegas Bilbaínas-Viña Pomal, Bodegas Muga y Bodegas Roda. Y si el viajero es amante de los quesos vale la pena que visite la fábrica de Los Cameros. La quesería fue fundada en 1961 por Jesús Martínez y Justi González y ahora el negocio lo encabezan sus hijos. Al año, Los Cameros fabrica más de 2,000 toneladas de quesos artesanales. Comenzaron con el queso fresco y ahora se han especializado en quesos con corteza natural. Los Cameros exportan a una veintena de países y en 2023 su queso de mezcla «Etiqueta Roja» recibió el premio Alimentos de España, que otorga el ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Y junto con otras tres queserías, Los Cameros elabora el queso camerano, una denominación de origen protegida de cabra de la sierra de Los Cameros, en la misma Rioja.

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