Diferentes entidades de Sant Antoni han enviado una carta a los concejales del Eixample, Jordi Valls, y de Ciutat Vella, Albert Batlle, en la que denuncian «la degradación» del barrio. «Es mucho más que un problema de convivencia: es el reflejo de una pobreza estructural que desemboca en conductas incívicas y riesgos para todos», explican el mercado de Sant Antoni, la Unió de Comerciants SOM Sant Antoni, los Encants de Sant Antoni y la Fundació ONG Veí a Veí en la misiva, a la cual ha tenido acceso TOT Barcelona. La carta se ha enviado a los dos distritos porque una parte de la ronda de Sant Antoni y de la ronda de Sant Pau forman parte del Raval y la otra del Eixample.
Los vecinos y comerciantes firmantes piden al Ayuntamiento adoptar de manera urgente «un plan que combine medidas de seguridad y limpieza con políticas sociales que aborden la raíz de la pobreza que padece parte de nuestra población». Según ha podido saber este medio, Batlle se reunirá con las entidades en septiembre, a la vuelta de las vacaciones. La intención de los colectivos es que se concreten las medidas a aplicar y un calendario de actuación. «Solo con un enfoque decidido y una coordinación estrecha -integrando medidas de seguridad, actuaciones de limpieza y programas sociales- podremos detener el deterioro y devolver la dignidad que el barrio merece».

Venta ilegal de alimentos en la calle
Entre las problemáticas que se mencionan en la carta figuran la presencia «permanente» de vendedores ambulantes, del llamado mercado de la Miseria, en la ronda de Sant Pau; la venta ilegal de alimentos, como pescado y verduras, sin ningún tipo de control sanitario en la ronda de Sant Antoni; la celebración de partidos de fútbol en la parte pacificada de la ronda, también durante las noches y las madrugadas, lo que impide el descanso del vecindario y genera problemas de seguridad vial, y consumo de drogas en la vía pública. El pasado abril, TOT ya se hizo eco de una pelea que terminó con un herido crítico y de un incendio que se originó cerca del acceso al metro, en el cual se quemó el colchón de una persona sin hogar.
A juicio de las entidades, todas estas realidades que citan «no son aisladas, sino síntomas de una pobreza que no solo deteriora la imagen urbana, sino que rompe la cohesión social y pone en peligro la salud y la seguridad de vecinos, comerciantes y visitantes», destacan.

El mercado de Sant Antoni, la Unió de Comerciants SOM Sant Antoni, los Encants de Sant Antoni y la Fundació ONG Veí a Veí plantean tres medidas que el consistorio debería poner en marcha con urgencia: el «refuerzo de la presencia policial, con equipamientos enfocados a la mediación social», campañas de limpieza periódicas combinadas con sanciones proporcionales para la venta ilegal, y la instalación de unidades móviles de salud para tratar los problemas de drogodependencias.