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Els Comuns presionan a Collboni con un plan antirruido más restrictivo en el Born

Barcelona en Comú califica el plan antirruido del gobierno de Jaume Collboni para el Born como «una farsa». Las palabras son del exconcejal de Ciutat Vella, con Ada Colau como alcaldesa, y ahora edil en la oposición Jordi Rabassa. En declaraciones al TOT Barcelona, Rabassa sostiene que se deben introducir modificaciones a la propuesta que el ejecutivo socialista quiere llevar adelante para que sea más efectiva. Las principales son hacer una regulación más restrictiva y aplicar el plan más rápidamente. Los Comuns plantean declarar el Born Zona Acústicamente Tensionada en Horario Nocturno (ZATHN), reducir las fases del plan a tres meses y bajar los decibelios nocturnos permitidos.

En las alegaciones que los Comuns han presentado al plan, y a las que ha tenido acceso TOT Barcelona, el grupo municipal encabezado por Janet Sanz dice que es necesario cambiar la clasificación del suelo, ya que la actual indica un predominio de suelo de uso terciario y no se adapta a la realidad del territorio, «dado que existe una parte mayoritaria de uso de suelo residencial». Con el cambio, Rabassa explica que se pretende reducir el número de decibelios nocturnos permitidos (entre las 23:00 y las 07:00 horas) de 60 a 55.

Una imagen de archivo del exconcejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, en su despacho / Jordi Borràs
Una imagen de archivo del exconcejal de Ciutat Vella, Jordi Rabassa, en su despacho / Jordi Borràs

Una regulación más estricta

Por otra parte, las alegaciones de los Comuns incorporan la necesidad de declarar el Born, que se encuentra en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, como Zona Acústicamente Tensionada en Horario Nocturno (ZATHN). Se trata de una regulación más estricta para garantizar el descanso vecinal. En las alegaciones, los Comuns subrayan que la evaluación acústica hecha en todos los sonómetros supera en más de tres decibelios de media el ruido permitido, lo cual lleva a la formación ecosocialista a proponer acciones más contundentes para reducir la contaminación acústica.

En 2022, con los Comuns en el gobierno de la ciudad, se declararon varias ZATHN en Barcelona, entre las cuales estaban la plaza de George Orwell y la calle de Escudellers (en el barrio Gótico) y la calle de Joaquim Costa (en el Raval). Rabassa critica que pocos meses después de que Collboni llegara a la alcaldía, en noviembre de 2023, el concejal de Ciutat Vella Albert Batlle derogó las restricciones horarias de terrazas, actividades de establecimientos de venta de alimentos y restaurantes y bares musicales de George Orwell y Joaquim Costa, firmadas por él un año antes, alegando «defectos de forma». Rabassa también había dejado preparadas dos regulaciones más que afectaban las calles de Allada Vermell (en el barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera) y de Miquel Pedrola (en la Barceloneta), pero Batlle no las firmó, recuerda.

Los defectos de forma se corrigen

En el caso de la derogación de las restricciones en las dos zonas mencionadas, el gobierno de Collboni explicó en su momento que los defectos -como haber superado el plazo máximo de tramitación o acumular defectos de notificación- impedían su aplicación legal. La situación había llevado al distrito a afrontar un procedimiento judicial contencioso administrativo contra titulares de actividades que habían denunciado la actuación del Ayuntamiento y la falta de observación del procedimiento en la aprobación de los decretos. Ahora, Rabassa opina que si se detectaron defectos de forma lo que se debía hacer era corregirlos, pero no derogar los planes antirruido.

Cartel en el Born pidiendo civismo contra el ruido nocturno / MMP
Cartel en el Born pidiendo civismo contra el ruido nocturno / MMP

Nueve meses de cada fase, «arbitrario»

Además, Barcelona en Comú considera que, con el actual calendario previsto por el PSC, la aplicación del plan antirruido en el Born se dilatará en el tiempo y no estará vigente hasta finales de mandato. «La duración de nueve meses de cada una de las fases es arbitraria y no se basa en ninguna normativa vigente». Según Rabassa, los elevados índices de ruido, el número de quejas vecinales y los incumplimientos hacen que sea necesaria una actuación más rápida. En las alegaciones, el grupo municipal defiende reducir cada una de las fases a tres meses. «Consideramos que tres meses es suficiente tiempo para aplicar las medidas decididas de la fase en curso, realizar las nuevas sonometrías y estudios necesarios y aprobar las nuevas actuaciones si procede».

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