El Zoo de Barcelona comenzará este martes las obras de la nueva reserva de animales, un espacio que acogerá las especies que sea necesario trasladar de forma provisional mientras se realizan obras de mantenimiento y mejora en el conjunto del parque. Son un total de 3.500 metros cuadrados repartidos en cinco zonas exteriores, tres interiores y dos pajareras. Las obras, inicialmente presupuestadas en unos 800.000 euros, superarán finalmente los 2 millones. Tal como explicaron desde Barcelona Serveis Municipals (BSM) al Tot Barcelona finales del año, el incremento tiene que ver con «factores de seguridad, necesidades operativas y de bienestar, y las mismas cimentaciones del terreno» que inicialmente eran más complicados de predecir.
Está previsto que se desplacen mamíferos, aves, reptiles y anfibios, entre otras especies. Un aspecto siempre polémico, sobre todo por la oposición de algunas entidades animalistas y de la sociedad civil al concepto del Zoo. En una explicación breve, el Ayuntamiento de Barcelona defiende que las nuevas zonas serán «confortables, naturalizadas y adaptadas a las necesidades y dimensiones de las diferentes especies que acogerán». En los espacios interiores, además de áreas de reposo y climatización «para las diferentes especies» también hay salas para el personal cuidador.

En la zona del antiguo Aquarama
Las obras comienzan una vez ya se ha finalizado la demolición del Aquarama y se ha acondicionado la zona para los trabajos técnicos. La demolición, que se ha hecho con técnicas específicas para no perturbar el descanso de los animales, y, por lo tanto, se ha alargado en el tiempo, ha costado unos 365.000 euros.

La demolición de la piscina gigante supone un cambio de mentalidad. “Hace 50 años era lo máximo, pero ahora no nos entraría en la cabeza que aquí hubiera una orca como Ulisses o los delfines”, apuntaba en 2022 el director del zoo, Sito Alarcón, cuando hizo público el proyecto de la nueva reserva. Una declaración de intenciones que aleja al Zoo de algunas prácticas del pasado sin acabar de convencer a las voces más críticas.