Barcelona comprará la Casa Orsola por 9,2 millones de euros. Es, sin duda, la noticia que muchos querían escuchar después de semanas de tensión y movilización ciudadana para defender una finca centenaria del Eixample, que debía ser desalojada progresivamente de sus últimos vecinos. La compra del edificio por parte del Ayuntamiento -Hábitat 3 asumirá el 51,4%, la parte mayoritaria de la finca, y el Ayuntamiento asumirá el 48,6%. Además, el coste total se reparte en dos partes: 4,3 millones que asume Hábitat 3 y 4,8 por parte del ayuntamiento- permitirá cerrar el conflicto entre la propiedad y los vecinos. Por su parte, el Sindicat de Inquilinas, que ha impulsado protestas con el apoyo de muchas otras entidades, en declaraciones a TV3 ha detallado que es una “victoria que demuestra que cuando los vecinos se organizan, hacen ruido y se plantan pueden ganar”. Para el sindicato es una buena noticia que este inmueble icónico se convierta en una vivienda pública y detalla que ya se ha convertido en un “símbolo de esperanza”.
La portavoz del Sindicat de Inquilinas, Carme Arcarazo, ha celebrado la decisión de compra, pero al mismo tiempo ha cargado con dureza contra el Ayuntamiento de Barcelona a quienes acusan de haber llegado a un “acuerdo opaco” que “blanquea” el negocio de la especulación. Aún más, en un comunicado, el sindicato alerta que el consistorio ha comprado la finca “a espaldas” de los inquilinos y acusan al gobierno municipal de haber “rescatado al especulador” y premiarlo pagando 9,2 millones por la finca.

Proteger la reserva del 30%
Además, piden al alcalde Jaume Collboni que no aproveche la compra para eliminar la reserva del 30 % de vivienda pública en las nuevas construcciones. En este sentido, Arcarazo admite que “no es una política efectista”, porque solo se han logrado impulsar 160 viviendas nuevas. Sea como sea, reconoce que la iniciativa es clave para frenar la entrada al mercado de los “inversores más agresivos, que buscan beneficios más altos”.
De hecho, el alcalde ha anunciado que “ningún inquilino tendrá que marcharse y todos los pisos pasarán a ser gestionados como vivienda social y asequible por Hábitat 3” y ha sacado pecho por llevar a cabo una “operación pionera gracias a una nueva fórmula: la compra social colaborativa”.




