El avance imparable de la tecnología es un depredador voraz de profesiones. A lo largo de la historia, muchos oficios han terminado desapareciendo, sustituidos por sistemas y máquinas más eficientes que permiten aumentar la producción, o bien simplemente han dejado de ser necesarios debido a unos cambios de costumbres en la sociedad. Sin embargo, el recuerdo de estas tareas sigue de alguna manera presente entre los más veteranos y aquellos que vivieron la época en que estas profesiones y oficios estaban a la orden del día y no eran más que una parte más de su vida cotidiana. Recientemente, coincidiendo con la temporada estival, una fotografía con más de seis décadas de historia ha vuelto a llevar a primera línea uno de estos trabajos olvidados y, en muchos casos, extintos.
La imagen la ha recuperado precisamente este verano el usuario Catalunya Color, un perfil que se dedica a poner color a fotografías antiguas en blanco y negro de todo el territorio catalán. La instantánea en cuestión data del 1960 y es obra del reputado fotógrafo barcelonés Eugeni Forcano (Barcelona, 1926 – Canet de Mar, 2018), ganador del Premio Nacional de Fotografía del gobierno español en el año 2012. La escena fue capturada en el centro de la capital catalana, concretamente en la calle de los Metges del barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera. Aparece un hombre que lleva un carro de dos ruedas cargado de grandes bloques de hielo. El individuo tiene en la mano derecha una especie de punzón con el cual fragmenta estas piezas para adaptarse a la demanda del consumidor. Los vendedores ambulantes de hielo fueron una imagen habitual durante el siglo pasado en Barcelona y otras ciudades y municipios catalanes. Su trabajo permitía alimentar las primeras neveras de las casas y así conservar los alimentos durante más tiempo sin tener que recurrir a otros métodos tradicionales como la salazón o el baño en aceite, entre otros.
Un venedor de gel al carrer dels Metges, al barri de Sant Pere de Barcelona, el 1960.
— Catalunya Color (@CatalunyaColor) July 29, 2025
📸Eugeni Forcano pic.twitter.com/waEy3Yr1Mb
Bloques de hielo del Moianès y una parte del barrio desaparecida
La instantánea ha despertado el recuerdo de varias personas que vivieron los tiempos en que el paso de estos vendedores era una escena cotidiana y que han querido dejar plasmado su testimonio a través de comentarios en la publicación. «Las veces que había bajado con un cubo a comprar dos pesetas de hielo», recuerda un usuario. «Mi abuela me enviaba a comprar una o dos barras de hielo a un colmado cerca de casa. Yo tenía 8-9 años, las encontraba bien pesadas. Eran para la nevera de hielo de la abuela», señala otro. Uno de los usuarios incluso explica a través de la fotografía parte de su historia familiar. «Mi tatarabuelo y bisabuelo, arrieros tempranos en el siglo XIX, bajaban en tartana y mulas el hielo del Moianès, donde nevaba y helaba, hasta el Puerto de Barcelona. Allí se almacenaba en pozos de hielo, muchos de los cuales eran antiguas tinas romanas de piedra utilizadas para el vino y reconvertidas», apunta, añadiendo que se utilizaba principalmente para el pescado y otros alimentos.
Otros usuarios han aprovechado la ocasión para rememorar parte de la historia del barrio durante el siglo XX. «En la calle debajo de la de los Metges, la perfumería, que la llevaban dos hermanas. No tenía nombre, pero todo el mundo la llamaba Las Coquetonas. Y dos calles más allá, el Bar del Primi, con una cabeza disecada de toro enorme colgada en la pared», recuerda una vecina.