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El origen en latín de las luces de Navidad de la calle Aragón

Las luces de Navidad de la calle Aragón son la gran revelación de la temporada. Las frases caseras como «¡Y mañana canelones!» o «Más escudella», que no dejan indiferente a nadie, esconden una anécdota conocida dentro del sector del diseño pero toda una novedad para el resto. La quinta teniente de alcaldía, Raquel Gil, ha explicado, en una entrevista a RAC1, que los renders llegaron al Ayuntamiento en latín. «Los diseñadores –aclaró– normalmente juegan con frases en latín antes de hacer la versión definitiva».

Se trata entonces de un trámite técnico que sorprende, eso sí, a quienes no trabajan en el mundo del diseño. A partir de ahí, fue el equipo de la concejala quien escogió las frases definitivas. «Teníamos una lista muy larga de frases y con el equipo de comercio y la gente que lleva las luces de Navidad estuvimos una mañana entera viendo qué frases encajaban más», compartió Gil. El objetivo, remarcó Gil, era hacer una «apuesta decidida para que se viera tradición». La teniente también ha destacado que todas las luces de Navidad de este año son de estudios locales, «de Barcelona o ciudades de los alrededores».

Las luces de Navidad de Aragón no han escapado, en todo caso, críticas por estar pensadas más para los vehículos que para los peatones. La plataforma Eixample Respira ha lamentado que esta decisión «perpetúa la lógica urbana e ignora el impacto real sobre la salud y la vida cotidiana». Para la entidad vecinal, este modelo «evidencia el problema» que vive una de las calles con más tráfico de la ciudad. 

Los peatones pudieron ver las luces de Navidad de la calle Aragón desde la calzada el día del estreno | Marc Font (ACN)

El problema de siempre en el paseo de Gràcia

El otro punto polémico de Navidad, como cada año, es en el paseo de Gràcia. Las luces decoran la zona central de la flamante avenida y los peatones –muchos de ellos turistas– entran a la carretera para hacerse una foto ignorando el paso de los vehículos, en muchos casos. La polémica ya se había producido otros años y los comerciantes del paseo de Gràcia habían abierto la puerta a trasladar las luces a la zona peatonal, ahora con una decoración más austera. En todo caso, el cambio no ha terminado llegando. 

Gil ha reconocido que este hecho obliga a los agentes de la Guardia Urbana a estar atentos en la zona «para que no pasen cosas». En los últimos años, la policía municipal ha tenido que precintar el acceso a la calzada para evitar que peatones accedan a hacerse la foto.

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