El número de personas sin hogar en Barcelona ha alcanzado cifras récord. Al menos 1.982 ciudadanos duermen a la intemperie cada noche en la ciudad. Lo dice el recuento de Arrels Fundació presentado este miércoles. Pero más allá de la cantidad, que supone un incremento del 43,2% respecto al conteo de Arrels de finales del 2023 (1.384 personas), la fotografía de la entidad pone de manifiesto que el fenómeno del sinhogarismo está cambiando en Barcelona, desplazándose de Ciutat Vella a barrios más periféricos y zonas industriales. También ha surgido una nueva dinámica: la agrupación de personas sin hogar, por ejemplo, en tiendas de campaña. Los datos de Arrels han levantado mucho revuelo político en el Ayuntamiento. Dos partidos tan distantes como Junts per Barcelona y Barcelona en Comú se han puesto de acuerdo y forzarán un plenario sobre sinhogarismo, que constate el «fracaso» de las políticas de Jaume Collboni y para exigir un plan de acción dotado con 60 millones y la apertura de un centro de baja exigencia (una especie de albergue) en cada distrito.
La noche del 3 de diciembre salimos a contar las personas que duermen en las calles de #Barcelona, gracias a la colaboración de más de 600 personas voluntarias.
— Arrels Fundació (@ArrelsFundacio) December 10, 2025
En total, hemos detectado 1.982 personas durmiendo a la intemperie, un 43,2% más desde el último recuento de Arrels del año 2023. pic.twitter.com/8lzP1F7qQ5
La cifra se ha multiplicado por 3,5 en una década
En una década, la presencia de personas sin hogar en la capital catalana se ha multiplicado por 3,5. De 896 sin techo en 2015 (según el recuento de Arrels de ese año) se ha pasado a cerca de 2.000. La cifra, incluso, podría ser más elevada porque en su conteo Arrels no ha incluido el centenar de plazas del centro de emergencia que el Ayuntamiento de Barcelona abrió el 2 de diciembre. La directora de Arrels, Bea Fernández, ha dicho que la entidad desconoce si se llenó. Arrels tampoco ha incluido las 63 personas sin hogar que localizaron en el aeropuerto e indicó que no se peinó íntegramente la montaña de Montjuïc. El Centro de Acogida Nocturna de Emergencia (CANE) tiene espacio para 74 hombres y 26 mujeres, se activa durante la operación frío y se requiere inscripción previa, han remarcado fuentes municipales sin concretar si se llenó o no el 3 de diciembre.
El Ayuntamiento también reconoce que el sinhogarismo ha crecido notablemente en Barcelona el último año, hasta las 1.784 personas este noviembre. En doce meses, el incremento, según los datos oficiales del consistorio, es del 33%, han informado el TOT Barcelona desde el servicio de prensa municipal. En octubre, el número de personas sin hogar era de 1.581, al que se debían añadir 536 más que malvivían en 110 espacios ocupados, entre asentamientos y locales. Esto significa que entre octubre y noviembre, el aumento ha sido del 12,84%. El gobierno municipal destina al sinhogarismo 51 millones de euros anuales.
El nuevo mapa del sinhogarismo en Barcelona concluye que Ciutat Vella ya no es el distrito con más personas que duermen en la vía pública (372) sino en Sants Montjuïc, donde en dos años la presencia de sin hogar ha aumentado un 143%, pasando de 209 a 489 sin hogar. Y en Sant Martí, el incremento desde 2023 ha sido del 69%, de 198 a 335. De hecho, el número de sin techo aumenta en nueve de los 10 distritos. La excepción es Sarrià-Sant Gervasi. Y Arrels ha detectado gente en las calles en 47 de los 73 barrios. El recuento se realizó la noche y la madrugada del 3 al 4 de diciembre, con la ayuda de 600 voluntarios.
El recuento de Arrels destaca «un aumento muy evidente de personas viviendo a la intemperie en Montjuïc y la Zona Franca, en el barrio del Bon Pastor y en Horta. Estas son zonas donde tradicionalmente no encontrábamos un número significativo de personas viviendo a la intemperie, en comparación con el centro de la ciudad», subraya la entidad. Ahora, muchos sin hogar han dejado el centro -aunque el Eixample es el segundo distrito con más sin techo (389)- y se han desplazado hacia barrios periféricos y zonas industriales. Esto ha sido así después de algunos desalojos que la Guardia Urbana realizó en el parque de Joan Miró o la estación del Norte, ha reflexionado Fernández. El desplazamiento afecta a las personas sin techo en su día a día, «porque los recursos de atención social, donde habitualmente encuentran servicios básicos, quedan más lejos y porque, al ser desalojadas, pueden perder también sus pertenencias y la red vecinal que les da apoyo».
No se puede sacar pecho @jaumecollboni de un presupuesto de 4200 millones y aceptar que tanta gente duerma en la calle. Este retrato certifica el fracaso de la BCN escaparate de @pscbarcelona
— Jordi Martí Galbis (@jmartigalbis) December 10, 2025
Cerca de 2.000 personas duermen en las calles de Barcelona, un 43,2% más https://t.co/wJuOzP1kxf
«Inacción» e «incapacidad» de Collboni
Las primeras reacciones municipales al balance de Arrels no se han hecho esperar y Junts y Comuns obligarán al alcalde a comparecer en un plenario extraordinario. Los dos partidos denuncian «la inacción y la incapacidad de Collboni para ofrecer respuestas adecuadas al creciente número de personas que duermen a la intemperie». Además de un centro de baja exigencia en cada distrito, los 60 millones que las dos formaciones reclaman para reducir el sinhogarismo deben incluir un refuerzo del programa Housing First (con el cual se busca garantizar una vivienda para las personas sin hogar). Junts y Barcelona en Comú también plantean iniciar una estrategia para las personas que hace poco que están en la calle y que el departamento de Derechos Sociales de la Generalitat incremente la aportación económica a las instituciones locales para hacer frente al sinhogarismo.
Para el presidente de Junts en el Ayuntamiento, Jordi Martí Galbis, no se puede sacar pecho de un presupuesto municipal de casi 4.200 millones de euros y «aceptar que tanta gente duerma en la calle». «Este retrato certifica el fracaso de la Barcelona escaparate del PSC». Y la concejala de los Comuns Carol Recio ha recordado que Barcelona vive «una grave crisis residencial» y «el aumento de las personas que viven en la calle es una de sus consecuencias». Arrels ha propuesto también poner en funcionamiento “soluciones residenciales específicas” en función de los perfiles de los sin hogar. Y modificar el reglamento de la Mesa de Emergencia Social para que las personas sin hogar también puedan acceder. La Mesa lleva años colapsada y cientos de personas con el expediente aprobado esperan un piso.
