El renacimiento del antiguo cine Comèdia como nuevo Museo Thyssen no será una realidad antes de 2027. Esta es la previsión con la que trabaja el fondo Stoneweg, que ha comprado por cerca de 75 millones de euros este edificio histórico para poder ubicar allí este equipamiento cultural. En una rueda de prensa desde el Saló de Cent del Ayuntamiento de Barcelona, el alcalde Jaume Collboni, la baronesa Carmen Thyssen y el presidente y CEO de Stoneweg, Jaume Sabater, han escenificado el acuerdo para el aterrizaje en la capital catalana del museo, que se centrará principalmente en el arte catalán de los siglos XIX y XX. Cabe recordar que el cine cerró sus puertas a principios de 2024 y que desde entonces el futuro de este recinto catalogado como Bien Cultural de Interés Local (BCIL) había sido una incógnita.
«Cuando cerró el cine Comèdia nos dijimos que no podíamos perder un espacio así. Con este museo damos un salto de escala histórico cualitativo y cuantitativo. Esta es la oferta que quiere Barcelona para atraer un turismo de calidad», ha asegurado en su intervención Collboni, precisando que el futuro equipamiento cultural no pertenecerá a la red pública, pero recordando que el proyecto para la llegada de la colección Thyssen a la ciudad hace tiempo que está sobre la mesa. «Nosotros hemos acompañado la inversión y el proyecto, facilitando el aterrizaje y el acuerdo», ha remarcado el alcalde, que ha reconocido que la iniciativa se empezó a hablar durante el anterior mandato y que en el actual se ha «acelerado bastante». Por su parte, el presidente del fondo Stoneweg ha explicado que ya están trabajando tanto en los planes arquitectónicos como en los museísticos y que esperan poder contar pronto con todas las licencias necesarias para poder iniciar la remodelación del recinto. Con todo, Sabater ha admitido que es demasiado pronto para poder definir una fecha concreta de apertura, pero ha señalado que no será antes de tres años.
En cuanto al contenido del futuro equipamiento, los responsables de la iniciativa han detallado que el museo tendrá una colección permanente centrada en el arte catalán de los siglos XIX y XX y que esta se complementará con muestras itinerantes, dejando abierta la posibilidad de exponer en estas instalaciones obras propiedad de la baronesa que se encuentran en otros museos repartidos por el mundo. En este sentido, en una intervención especialmente breve, Carmen Thyssen se ha mostrado satisfecha de poder exponer su colección en un equipamiento propio en su ciudad natal y específicamente en un espacio como el antiguo cine Comèdia, al cual había acudido en múltiples ocasiones antes de su cierre.
Buena predisposición para mantener los locales
Una de las grandes incógnitas que todavía plantea el proyecto es qué pasará con los locales que se ubican en los bajos del edificio. Sobre el futuro de los establecimientos, Sabater ha asegurado que los alquileres vigentes se respetarán y ha mostrado su predisposición a garantizar la continuidad de los negocios en el marco del nuevo equipamiento.
Una historia de más de 134 años
La trayectoria del cine Comèdia se remonta a finales del siglo XIX. El empresario y político Frederic Marcet encargó en 1887 al maestro de obras Tiberi Sabater i Carné el proyecto para convertir el hasta entonces palacio de Llorenç Soler i Olivé -construido en 1869- en su residencia. Las obras terminaron en 1890. En 1935, el inmueble dio un giro. El empresario Josep Maria Padró encargó la construcción de un gran teatro. La reforma, que llevaron a cabo los arquitectos Pere Domènech i Roura y Josep Rodríguez i Lloveras, se interrumpió por la Guerra Civil. Después del conflicto, se retomaron y el Teatro de la Comedia se inauguró el 2 de abril de 1941, con 1.246 butacas. Como cine abrió en 1960, primero como sala única, siendo uno de los cines más importantes de la capital catalana. La última gran transformación se hizo a mediados de los años 90, cuando el cine se convirtió en un multicines, con cinco salas, muy de moda en aquella época.
Seguirá ampliación.