El Ayuntamiento de Barcelona ha iniciado un proceso de inspección de las actividades que se están realizando en los antiguos cines Lauren de Sant Andreu, que fueron ocupados en 2016 tras seis años abandonados. En declaraciones a este diario, el ejecutivo alega “motivos de seguridad” tras un aviso de la compañía Endesa y de otra denuncia, que no especifica de dónde proviene. Los activistas que dan forma a la Cinètika, el centro social instalado en el espacio, se concentraron el martes por la noche frente a la sede del distrito y advierten que mostrarán resistencia si estos movimientos responden a un “intento de desalojarnos”.
En un comunicado, la Cinètika critica que estas inspecciones se realizan “porque somos un espacio incómodo” para las administraciones. La situación jurídica es compleja y hace “complicado” expulsarlos “por la vía legal administrativa”, desglosan en el escrito, que acusa al gobierno municipal de “usar el Plan Endreça para camuflar un intento de desalojo ilegal”. El espacio está situado en terreno municipal y está calificado de equipamiento, pero depende de diferentes entidades financieras. Los activistas recuerdan en el comunicado que las administraciones dejaron el equipamiento vacío y “expuesto a diferentes episodios de vandalismo, incluso un incendio”, y que ellos lo han recuperado para realizar “actividades de ocio como el cine o el gimnasio”.
El Ayuntamiento defiende que se ha informado a la Cinètika
En las redes, la Cinètika denuncia que el Ayuntamiento “ha venido a llamarnos a la puerta”, lo que interpretan como una “amenaza” para expulsarlos. “Sospechamos que prefieren volver a dejar el edificio vacío antes de permitir que sigamos construyendo una institución comunitaria capaz de plantarles cara”, dicen desde el casal ocupado.
El Ayuntamiento, en respuesta a las preguntas del Tot Barcelona, se defiende de estas críticas asegurando que el distrito “ha informado de todo el proceso a los representantes de la Cinètika” y que intentó “hacer una notificación de inspección voluntaria el pasado 21 de octubre”. En cambio, argumenta el ejecutivo, los integrantes del casal “rechazaron” atender a los técnicos municipales. “Ante esta situación, se inició el procedimiento formal para ordenar una inspección”, remarcan.
El ejecutivo también confirma que ha estado revisando las actividades que se realizan en elequipamiento. Concretamente, que agentes policiales “verificaron si se estaban realizando sesiones de cine anunciadas en la web y mediante carteles en la calle”. “Esta comprobación –insiste el ejecutivo– se realizó desde el exterior del edificio, observando la coincidencia entre el horario de las proyecciones y la afluencia de personas al local”. “En ningún momento los agentes accedieron al interior”, sentencia.
Defensa del proyecto
Los activistas, que cuentan con el apoyo de diferentes sindicatos de vivienda, han agrupado este martes a decenas de personas en una performance de protesta en la plaza de Orfila, núcleo de Sant Andreu y sede del distrito. “No sabemos cuándo vendrán, pero sí tenemos claro que, siendo el Ayuntamiento juez y parte en el procedimiento administrativo en el que se dictará si cumplimos sus requisitos, no tenemos las de ganar jugando a su mismo juego”, admiten desde el casal. En todo caso, advierten que “no importa que no necesitemos licencia, porque nos legitiman todas las personas y colectivos que forman parte del espacio día a día”.
La Cinètika recuerda, en su comunicado, que otros gobiernos municipales “ya intentaron desalojarnos”, señalando directamente a la exalcaldesa Ada Colau. En este sentido, el aviso saltó con el borrador del Programa de Actuación del Distrito de Sant Andreu 2020 – 2024, elaborado por BComú, que contemplaba “recuperar” el espacio. Pero la propuesta finalmente cayó de la versión definitiva. Este intento, recuerdan los activistas, se suma al asedio del ministerio de Interior a algunos grupos independentistas y anarquistas de Cataluña y que tenía al casal ocupado de Sant Andreu como objetivo. Tal como publicó La Directa a finales de 2023, un agente de la Policía Nacional estuvo infiltrado en La Cinètika.
