La retirada de una pared gigante de amianto ha generado alarma en el barrio de Verneda i la Pau de Barcelona. Se trata de todo el lado lateral de una gran nave ubicada en plena calle de Guipúscoa, a la altura de los números 157 y 159. El inmueble está ocupado actualmente por una conocida empresa de alquiler de trasteros y esta pared cubierta de placas de uralita da directamente a la salida del metro de la estación de La Pau, donde confluyen las líneas L4 y L2 de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB). Los trabajos empezaron la semana pasada y, dada su envergadura y complejidad, requieren la utilización de una gran grúa que ocupa una parte de la plaza del 25 de noviembre, Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, que se inauguró el pasado mes de noviembre en respuesta a una reivindicación vecinal.
Ante la dimensión de la cubierta de amianto y con las sospechas de que las tareas no se estaban llevando a cabo de forma adecuada, tanto la agrupación de jubilados de Macosa-Alstom como la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona (FAVB) se pusieron en contacto con Ides, la empresa encargada de la retirada, para conocer el plan de trabajo aprobado. Tras una reunión con la higienista industrial de la compañía, las entidades confirmaron que los operarios no estaban llevando a cabo los trabajos bajo los requisitos mínimos marcados por la normativa. Concretamente, en este plan de trabajo en vigor -tal como confirman desde el Departamento de Trabajo de la Generalitat- se indicaba que se debían impregnar las placas con una especie de resina antes de retirarlas, un proceso que evita que se desprendan fibras potencialmente cancerígenas.

Tal como ha podido comprobar esta mañana el TOT Barcelona, los trabajadores no utilizan este método, sino que retiran las diferentes piezas una a una, quitando primero las fijaciones que las mantienen ancladas a la pared para luego bajarlas con una polea. Todos los operarios estaban protegidos con escafandra y el perímetro de las obras estaba marcado por unas vallas donde se indica claramente que se trata de un proceso de retirada de uralita. A primera hora de esta mañana, ya se había retirado prácticamente un tercio de la superficie total.

Sin denuncias y pendientes de la inspección
Fuentes del Departamento de Trabajo consultadas por este medio apuntan que por ahora no consta ninguna denuncia por malas prácticas. Apuntan que la empresa tiene el plan de trabajo aprobado y que se realizarán las correspondientes inspecciones. En caso de detectar algún tipo de disfunción en los trabajos, se informaría primeramente a la empresa para que las solucionara y, en caso de gravedad extrema, se podría acabar deteniendo los trabajos.
