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Cuatro de cada diez patios escolares de Barcelona reciben quejas por el ruido

Algunos la consideran una polémica absurda y otros un debate de ciudad, pero la disputa resuena desde hace meses. Los niños hacen ruido en los patios escolares, un sonido cotidiano e irritante para algunos vecinos, que se quejan en las redes sociales y en los órganos de participación municipal. Ahora, un estudio de la plataforma Revolta Escolar aporta datos. Cuatro de cada diez escuelas (el 39%) han recibido alguna vez quejas del vecindario por el ruido que generan los niños cuando juegan o realizan actividades escolares en el patio. En la mayoría de los casos, la escuela ha buscado mediar sin clausurar las actividades exteriores, pero hay un 4% -que equivale a 3 de las 74 escuelas del estudio- que han cerrado en alguna ocasión el patio.

El conjunto de asociaciones familiares que firman el estudio compara esta situación con la contaminación acústica que soportan los niños cuando están en la escuela. Según el informe, poco más de la mitad de los centros educativos (el 54%) tienen ruido de vehículos en los alrededores y cuatro de cada diez (39%) dice sentir las molestias dentro del aula. El tráfico privado de coches y motos supone casi tres cuartas partes de las molestias y el bus el 18%. «No obstante, el elevado ruido del tráfico privado, de coches y motos, en el 39% de las escuelas ha habido quejas de los vecinos por el ruido de los niños jugando y realizando actividades escolares en el patio», lamentan las asociaciones en las conclusiones del informe.

«Se debe girar el punto de vista del debate, no puede ser que lo centremos en el ruido que generan los niños y no en el que reciben. Está demostrado que recibir altos niveles de contaminación acústica repercute en la salud y el desarrollo cognitivo de los niños, por lo tanto, debemos analizar la problemática del ruido desde esta óptica», reflexiona Clementine Suraud, portavoz de la Revolta Escolar, en conversación con el TOT Barcelona.

Pancartas que reivindican los patios escolares ante las quejas de ruido | Nazaret Romero (ACN)

La plataforma, que agrupa a más de un centenar de AFA de la ciudad, celebra que el Ayuntamiento de Barcelona haya expresado, por unanimidad, que es necesario blindar los patios de las quejas vecinales. «El ruido orgánico de los niños no puede considerarse contaminación acústica«, dice Suraud, que compara los gritos de un niño con el sonido del tráfico. «No tiene nada que ver lo que sucede en los patios con la contaminación acústica de las motos, por ejemplo. Hay estudios que han demostrado el impacto negativo del ruido de los motores», insiste.

Cataluña blinda los patios

Los diferentes grupos municipales están de acuerdo en cambiar la normativa para que el ruido de los patios no se pueda considerar contaminación acústica. Los grupos firmaron el compromiso el pasado febrero, en el cual recuerdan la importancia pedagógica de los patios, sobre todo teniendo en cuenta el “gran déficit de espacios deportivos y de ocio”. Los concejales defienden que el sonido que se desprende en horario escolar y extraescolar “no es ruido, sino vida, educación, salud y alegría”.

El Parlamento de Cataluña también ha tomado medidas para blindar los patios escolares. El Parlamento cambió a finales del mes pasado la ley contra la contaminación acústica para que no se apliquen límites de sonido a las actividades en los “espacios destinados a la actividad docente, física, de recreo o de ocio” de los centros educativos entre las siete de la mañana y las nueve de la noche. Un cambio necesario para que a los jueces les resulte más complicado autorizar el cierre de un patio escolar.

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