El presidente de Vox en Catalunya, Ignacio Garriga, y la diputada del partido Rocío de Meer visitaron el barrio del Raval el 2 de septiembre del 2020. No lo hicieron en un contexto cualquiera. Días antes, Meer había catalogado este barrio del corazón de Barcelona de «estercolero multicultural». Cuando un grupo de decenas de vecinos les vieron por sus calles, les hicieron saber que no eran bienvenidos boicoteando su ruta y haciendo un escrache contra ellos. Tiempo después se conocieron las consecuencias de esta protesta. Vox había denunciado a ocho vecinos de entre todos los presentes y pedía seis años de prisión y una multa de 7.200 euros por cada uno. La Fiscalía, por su parte, pedía 36.000 euros o penas de prisión también por cada uno.
Estos hechos los recuerda al TOT Barcelona uno de los encausados, Santi González, quien es activista vecinal del Raval y número 5 de la lista de la CUP Barcelona. También detalla que la última novedad que ha surgido en el marco de la campaña electoral. Esta semana, concretamente, estaba previsto que se celebrara el juicio, pero se acabó suspendiendo. Esto solo hace que alargar la incertidumbre con la cual viven estos vecinos desde que supieron que están denunciados. «Quizás pasamos un año más esperando a que se celebre el juicio, cuando está claro que estar imputado no es de buen gusto. Nosotros nos lo queremos sacar de sobre tan pronto como se pueda», señala González.
Escarnio a las puertas del hotel
Para este vecino, el juicio que les espera «no tiene sentido», ya que considera que aquel día los vecinos del Raval solo protestaron. Tal como recuerda, todo empezó cuando los vecinos se enteraron de que Garriga y Mer estaban haciendo una ruta por el Raval pocos días después de haberlo despreciado y decidieron hacer una manifestación espontánea en la rambla del Raval para recordarles que no eran bienvenidos. Cuando las dos partes se encontraron, los miembros de Vox se encerraron en un hotel de la calle de Hospital. Entonces los vecinos hicieron un escrache a las puertas del hotel y algunos de ellos tiraron huevos contra la fachada. La fachada también acabó con pintadas en las cuales se leía «Fuck Vox» o «Fuera nazis».
La versión que Vox ha trasladado y que «la Fiscalía le ha comprado» es más grave de la que González explica. Según el escrito de la Fiscalía, además de huevos se los tiraron petardos, objetos contundentes como latas y lejía. «Cinco personas de la comitiva de Vox recibieron impactos de huevos y otros objetos, pero no necesitaron asistencia médica», dice el texto y añade: «Dos de ellos también acabaron salpicados de lejía». Después de 20 minutos dentro del hotel, los miembros de Vox se pudieron marchar.
Desde el punto de vista de González, estos hechos no responden a la realidad. «Es todo un relato falso para imputarnos». Además, considera que los ocho vecinos encausados han sido escogidos por motivos ideológicos. Gonzàlez es activista vecinal desde hace años y está ahora en la lista de la CUP, Joan Suqué fue entre el 2015 y el 2019 consejero de la CUP Ciutat Vella y hay otros vecinos que son migrantes y miembros de sindicados de vivienda de Barcelona. «Hemos sido escogidos por motivos políticos, somos personas que estamos a los desahucios y defendiendo en el barrio cuando hay que hacerlo. Yo, por ejemplo, estaba con las manos al bolsillo. ¿Por qué me imputan a mí y a otros no?», se pregunta.