La Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO) ha impugnado la prohibición de supermercados fantasma en Barcelona y la restricción de las cocinas fantasma a los polígonos de la Zona Franca. Concretamente, ha interpuesto un contencioso–administrativo al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) contra el Plan especial de usos de actividades vinculadas al reparto a domicilio del Ayuntamiento de Barcelona.
A pesar de que la ACCO ha reconocido en un comunicado que es “legítimo y razonable” intentar minimizar las molestias que estos negocios pueden provocar en los vecinos, considera que el plan del consistorio “va más allá de lo que sería necesario y proporcionado, restringe la competencia y vulnera los principios de buena regulación y la Directiva de Servicios”. En este sentido, ha defendido que las medidas “no se han justificado debidamente” porque el consistorio “no ha analizado ni el impacto en la competencia y el mercado, ni la necesidad, ni la proporcionalidad, ni la sostenibilidad económica de la norma”.
Vidas condicionadas
En cuanto a las molestias vecinales, el pasado mes de enero el TOT Barcelona abordó el tema hablando con vecinos afectados del barrio de la Font de la Guatlla. Uno de ellos, J.A, quien vivía en una finca donde había ubicada una cocina fantasma, aseguró que desde hacía meses su vida estaba «totalmente condicionada» por el negocio. La zona de descanso de su casa estaba justo encima del local, donde se cocinaba y había la maquinaria. “El ruido era constando desde las 12 horas y hasta las 2 de la madrugada, cuando cierran. Es un ruido que recuerda al motor de un gran vehículo, todo el rato encendido. Tengo que poner la tele más alta para no escucharlo, y cuando voy a dormir me tengo que poner unos cascos con música porque es imposible que no se te clave al seso lo run run constante”, alertó en su momento este vecino.
