La manifestación pro Palestina que esta tarde ha congregado a 15.000 personas en Barcelona, según la Guardia Urbana, y 50.000, según la organización; llegó pasadas las 20 horas al Consulado de Israel, en la calle Carles III, donde algunos manifestantes lanzaron cohetes contra el edificio, que estaba totalmente protegido por patrullas de la Brigada Móvil de los Mossos d’Esquadra. De hecho, la Brimo cargó este miércoles cerca de las 20:20 horas contra algunos manifestantes pro Palestina, e inició un carrusel por las calles cercanas al consulado de Israel con el objetivo de disuadirlos.
Los agentes bajaron de las furgonetas en varias ocasiones y utilizaron sus defensas para dispersar a la multitud, que aún permanece frente al consulado cantando proclamas contra la Policía de la Generalitat y el “estado genocida de Israel”. También utilizaron gas pimienta contra algunos de los encapuchados, que están colocando contenedores en algunas de las carreteras para bloquear el paso a los agentes. Los concentrados, por su parte, lanzaron objetos contra los policías y también encendieron barricadas construidas con contenedores.
Los Mossos lograron abrir los bloqueos de contenedores en Carles III con sus furgones antidisturbios, pero, posteriormente, los manifestantes se reunieron nuevamente frente al Consulado y volvieron a bloquear la vía con más contenedores, que encendieron. Este nuevo bloqueo de los manifestantes volvió a requerir la actuación de la Policía de la Generalitat, que intentó dispersar a los concentrados con los furgones e, incluso, bajando de los vehículos para actuar cuando llegaban al punto donde estaban los manifestantes. Durante esta actuación, los Mossos realizaron detenciones y, según datos facilitados por el mismo cuerpo, hubo 15 detenidos por desórdenes públicos.

El punto final a un día de huelga con barricadas, cargas policiales y uso de gas pimienta
El Consulado era, precisamente, el punto final de la concentración de la acción, que comenzó en la estación de Sants. A pesar de que el tono general de la concentración fue pacífico, la cola de los manifestantes atacó un establecimiento de comida rápida. Lo hizo aprovechando que había escombros en la calle y los lanzaron contra los cristales, dejándolos agrietados, pero también arrojaron elementos incendiarios contra la fachada del establecimiento. Además, se montaron barricadas y se quemaron varios contenedores en la calle Tarragona de Barcelona. Posteriormente, se atacó un segundo establecimiento de comida rápida, que terminó con los cristales rotos y basura quemándose en la puerta. También rociaron con un spray una patrulla de la Guardia Urbana. Los Mossos respondieron a estos actos con cargas policiales para dispersar a los manifestantes y retuvieron a varias personas.
Horas antes de la manifestación, los Mossos dispersaron con gas pimienta y porrazos una sentada frente al hotel situado en la estación de Sants. Los manifestantes aseguraban que en el alojamiento se encontraba el equipo israelí del Hapoel Jerusalem, que juega un partido esta noche contra el Baxi Manresa de la Eurocup de baloncesto. Los manifestantes pretendían bloquear la salida del hotel para que el autobús no pudiera marcharse, pero una decena de furgones de la Policía de la Generalitat dispersó a los manifestantes, causando molestias en la garganta por el gas pimienta. Entre los manifestantes desalojados se encontraba el diputado de la CUP Xavier Pellicer, quien denunció que la actuación es «una violación de derechos evidente y una actuación absolutamente incompatible con el mínimo sentido común y cualquier protocolo”, y reclamaron explicaciones a la consejera de Interior, Núria Parlon, y al Gobierno. Los Comuns, por su parte, también pidieron explicaciones por esta actuación y ya han avanzado que solicitarán la comparecencia en el Parlamento de Parlon y del director de los Mossos d’Esquadra, Josep Lluís Trapero.