En la última semana, dos centros educativos concertados de Barcelona han anunciado que no volverán a abrir las puertas el próximo curso. Este viernes la Escuela Sant Francesc Xavier, situada al número 26-28 de la calle Bòbila, al barrio del Pueblo-Seco (distrito de Sants), ha hecho saber al Consorcio de Educación de la capital catalana que no retomarán la actividad a partir del mes de septiembre. El principal motivo: la falta de alumnas consecuencia de la bajada demográfica. La escuela había ido perdiendo el concierto educativo con los años. A pesar de que de entrada cubría todos los cursos, en los últimos años perdió las ayudas económicas en la etapa de infantil y los primeros tres años de primaria, por lo cual solo quedaban en la etapa final de primaria y en la secundaria obligatoria: «Este año, esta situación ha acontecido insostenible, puesto que solo se mantienen siete cursos con concierto», apuntan desde el Consorcio.
Del mismo modo que se ha actuado con el caso de la escuela Sagrado Corazón del barrio del Fort Pienc, en el Eixample, desde el Ayuntamiento de Barcelona han abierto un proceso extraordinario previo al convencional para recolocar al centenar de alumnos que se han quedado sin plaza por el cierre de su centro educativo. Pero, como también pasa en la escuela del Eixample, todos los alumnos que el próximo curso ya tengan que empezar la secundaria, no podrán participar en el proceso extraordinario y tendrán que encontrar un nuevo instituto a través del proceso de preinscripción habitual.

Polémica por el entorno pacificado
La escuela también se había visto en medio del ojo del huracán por el entorno pacificado de la escuela. El Ayuntamiento, todavía bajo las manos de la exalcaldesa y actual regidora municipal Ada Colau, acabó de pacificar las afueras del centro educativo el pasado mes de abril, pero pocos meses más tarde, en octubre, ya había puesto sobre la mesa deshacerlo. Fuentes municipales explicaron al TOT Barcelona que los principales motivos para replantearse esta pacificación eran los problemas de convivencia fuera del horario escolar, puesto que por las noches lo usaban personas que provocan conflictos de convivencia, incivismo y generan inseguridad.