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Tanca el teatro que impulsó la obra catalanófoba ‘Esas latinas’

La sala de teatro Periferia Cimarronas, situada en el distrito de Sants Montjuïc de Barcelona y gestionada por una asociación de mujeres inmigrantes, ha anunciado que cerrará sus puertas a finales de enero. La sala, que impulsó la obra Esas Latinas, que incluye el gag catalanófobo que se representó en la presentación del informe del Observatorio de las Discriminaciones en Barcelona, ha anunciado que bajará la persiana porque el proyecto no es viable económicamente. Entre las razones que no hacen posible la continuidad de la sala, explican que han fallado subvenciones clave y también han tenido que devolver dinero de ayudas por el catalán porque no han cumplido con el mínimo de obras exigidas en lengua catalana.

En este sentido, Silvia Albert Sopale, actual gestora del espacio, expone en una carta extensa escrita en castellano que «la gente racializada, aunque pueda utilizar el catalán en su día a día, no lo usa para comunicar sus emociones, sus pensamientos íntimos, su necesidad». «Y de eso trata el teatro: de hablar desde el corazón, en el idioma que te dicta el cuerpo», sentencia. La gestora de la sala, que acogió la función que alteraba la realidad lingüística del país con escenas que representaban situaciones supuestamente discriminatorias contra personas castellanohablantes con burlas explícitas al catalán, dicen que no ignoran el hecho de que nuestras obras no sean en catalán».

Sobre la polémica de la obra, Sopale solo dice que «todavía no sabemos medir el daño que supuso para el proyecto el conflicto alrededor del espectáculo Esas Latinas». El proyecto, además, tampoco ha podido contar con otras subvenciones y dice que «la primera negativa» vino de Igualdad y Feminismos. «En 2024 nos habían aprobado una cuantía de 50.000 euros, y un año después nos comunicaron que el crédito presupuestario se había agotado», exponen. El Ministerio de Cultura, por su parte, también les denegó una ayuda, pero la que terminó de hundir el proyecto, según explican, fue la del fondo Black Feminist Fund, que apoya a feminidades negras en todo el mundo.

La sala debe afrontar deudas

Por otro lado, Silvia Albert Sopale pide colaboración económica porque la sala debe afrontar pagos pendientes que tiene con artistas, compañías de teatro, acreedores y trabajadores. «El teatro no llenó la sala al volumen necesario para mantener una estructura estable. Sin suficiente público, llegan las deudas», admite. Así, explica que los ingresos de Periferia provienen del teatro, el bar, la tienda, la distribución, los talleres, participación en eventos y alquiler del espacio. «Los tres primeros casi no dejan ingresos reales», dice, y reconoce que los números no salen porque los gastos mensuales de alquiler del espacio, salarios, suministros y préstamos, entre otros, rondan los 10.000 euros. «Si hubiéramos logrado llenar las funciones, o al menos mantener una media, habríamos podido soportar mejor los momentos difíciles. Pero no conseguimos atraer al público en el volumen necesario», concluye.

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