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Borran el último rastro de los antiguos pajareros de la Rambla

Las emblemáticas paradas de los antiguos pajareros de la Rambla ya son historia. El Ayuntamiento de Jaume Collboni ha culminado este lunes el cierre de las últimas paraditas que todavía resistían después de años de tira y afloja y una larga batalla a los tribunales. Todo y las reticencias de los antiguos ocellaires, el gobierno municipal ha recibido este lunes el visto bueno para hacer efectiva la recuperación forzosa de los establecimientos. Cumpliendo con el plazo de diez días marcado por la autoridad judicial, según han detallado fuentes municipales a la Agencia Catalana de Noticias (ACN), técnicos del Instituto Municipal de Mercados se han personado a los establecimientos para mostrarlos la autorización por la cual tenían que abandonar su parada. Cuándo han llegado, los trabajadores de las cinco paradas -las cuales pertenecían todas al mismo propietario- ya estaban recogiendo sus objetos para vaciarlas.

Imagen de una parada de los antiguos ocellaires de la Rambla / J.S.

Así pues, con el cierre definitivo de estas últimas cinco paradetes, el Ayuntamiento de Barcelona ha recuperado los once establecimientos que en 2009 dejaron de vender animales para reconvertirse en paradas de venta de helados, souvenirs y otros dulces. Este cierre sigue los pasos de las seis paradas que ya bajaron la persiana definitivamente el pasado mes de agosto: «La desaparición de las paradas de los antiguos pajareros de la Rambla es una decisión que viene de lejos y que responde al interés general», apuntaron fuentes municipales después del cierre de las primeras seis paradetes. Ahora, pues, con el rastro de los antiguos pajareros completamente borrado, el consistorio tiene que estudiar cuál es el momento más adecuado para derrocar estos establecimientos -el cual dependerá del proceso de obras de la Rambla.

Xavier Cuenca, miembro de la tercera generación de la familia propietaria de cinco de las antiguas pajarerías / Eduardo Porras

Un largo tira y afloja judicial

El cierre de los locales de los antiguos pajareros llega después de un largo tira y afloja entre el gobierno municipal y los propietarios. El pasado julio, el consistorio pidió a los paradistas que entregaran las claves de su establecimiento. La demanda, pero, no tuvo un buen recibimiento. En aquel momento, ante la negativa de los propietarios, el Ayuntamiento optó para poner en marcha la vía judicial y forzarlos a abandonar su espacio para poder recuperar la titularidad de las once paradas, puesto que en el Plan Especial de Ordenación de la Rambla, aprobado definitivamente el 2016, ya no se contemplaba la continuidad de estos establecimientos. Finalmente, la justicia ha avalado la petición del ejecutivo barcelonés y los paradistas se han visto empujados a bajar la persiana y entregar las claves.

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