Bershka ha reabierto una de las suyas flagships más importantes, situada al paseo de Gracia de Barcelona. Después de meses de obras en que los empleados de la tienda fueron recolocados a otros establecimientos de la capital catalana, este jueves por fin se ha inaugurado la nueva tienda, modernizada, pero sin perder la esencia barcelonesa del edificio donde se ubica y el entorno que lo rodea. La tienda tiene 1.700 m² divididos en tres plantas. En estos tres pisos se distribuyen las tres colecciones expuestas: Bershka, Man y BSK.
Las reformas han tenido una duración de varios meses por la complejidad del diseño proyectado por Castel Estudio, un estudio de arquitectura de Barcelona, y los diseñadores de la misma marca. La idea ha estado conservar los espacios del edificio característicos del Eixample pero construir una tienda moderna, con mucha luz y espacios diáfanos donde exponer la ropa. Así, se han conservado elementos tradicionales del modernismo como las vigas de fundición, los pilares metálicos y paredes de obra vista.
El diseño, pensado porque el que más destaque sea el producto: tonos neutros y elementos minimalistas
Una de las cosas que más destacan en la tienda son los espacios de exposición de producto. Son muy simples y minimalistas para que la ropa y los accesorios destaquen por encima de cualquier otra cosa. Las colecciones que se exponen ligan mucho con el edificio y los elementos de diseño que contiene por su sencillez. La idea promovida por los diseñadores y que irá llegando a todos los Bershka del país es utilizar pocos materiales y de tonos neutros para que los productos sean los verdaderos protagonistas de la tienda.
