El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado la próxima calle que renovará. Según ha informado este viernes el consistorio, el escogido será la calle Badajoz, entre la avenida de Icària hasta la plaza de las Glòries. Las obras alcanzarán un total de nueve manzanas, que equivale a 1,4 kilómetros y una superficie total de 28.420 m2. El principal reclamo de este cambio será la inclusión de un nuevo carril bici y un «aumento significativo de la cobertura verde». Las obras tendrán una duración de hasta dos años y se ejecutarán en dos fases. La primera, desde la avenida de Icària hasta la calle de Pallars, se iniciará el segundo semestre de 2025, mientras que la segunda, entre la calle de Pere IV y la avenida Diagonal, se realizará posteriormente. La configuración de la calle será de un carril bus, dos carriles de circulación y un carril bici de 2,30 metros, mientras que las aceras tendrán una anchura de 4,60 metros.
En cuanto a la nueva vía ciclista, tendrá una longitud de 1,4 kilómetros y será unidireccional en sentido montaña, un hecho que permitirá conectar la fachada litoral de la ciudad hasta el Guinardó, puesto que se enlazará con el actual carril bici de la calle de la Independencia, que nace en la plaza de las Glòries y llega hasta desembocar en el Hospital de Sant Pau. En el ámbito de los barrios del Poblenou y del Parc i la Llacuna, el nuevo carril bici conectará al extremo sur con el eje ciclista de la calle Taulat y la avenida de Icària que recorre todo el litoral. En el extremo norte, el nuevo eje conectará con el carril bici de la Diagonal, que también travesía toda la ciudad y permitirá conectar con el centro de Barcelona.
La urbanización de los cruces mujer continuidad a las aceras correspondientes a los esos verdes establecidos en el planeamiento del 22@, que prevé destinar más espacios para peatones y en zonas verdes, favoreciendo la convivencia con el resto de usos en la calle. De hecho, las nuevas obras permitirán pacificar cuatro nuevos cruces, con la calle del Doctor Trueta y con la calle de Pujades, que tendrán un cruce elevado y pacificada con zonas de estancia peatonal, con más verde y un pavimento más permeable. Estos dos cruces se sumará a la de Almogàvers, justo ahora que ha finalizado la obra de este eje verde. Finalmente, el lado Llobregat del cruce con la calle Sancho d’Ávila se hará de forma simétrica a la ya ejecutada al lado Besòs y que conecta con la ‘superilla’ del Poblenou.
Todo ello propiciará que la calle Badajoz pueda ser más verde y favorecer el aumento de la biodiversidad a la zona. En todo el ámbito se harán alcorques corridos, para que el arbolado tenga más espacio y también se puedan incorporar arbustos a los alcorques. Todas las especies que se plantarán tienen un requisito hídrico bajo y aceptan condiciones de media sombra. Actualmente, en la zona hay 89 árboles y se prevé que con la nueva urbanización se llegue a las 195 unidades.
La urbanización de la calle también incluirá la renovación de todo el pavimento, calzada y aceras entre la avenida de Icària y la calle de Bolivia. Además, se instalará nueva iluminación, con nuevas farolas para iluminar calzada y acera, con el objetivo de mejorar la sensación lumínica mediante luz blanca, que favorece el ahorro energético. Finalmente, la nueva urbanización permitirá extender la red de climatización frío-calor, la de recogida neumática e incluirá nueva señalización y mobiliario urbano.
Eje verde en la calle Almogávares
Por otro lado, el Ayuntamiento también ha comunicado la finalización de las obras de pacificación de la calle de los Almogávares desde la calle Badajoz hasta Roc Boronat. Las obras han servido para «dar más protagonismo al ciudadano, al verde y a la movilidad sostenible y dinamizar el comercio de proximidad». En concreto, se ha intervenido sobre un tramo de dos islas de la calle para convertirlo en plataforma única. Siguiendo con el modelo aplicado ya en el primer tramo transformado, se han destinado 15 de los 20 metros de la anchura total a espacios de paseo, parterres, verde y arbolado y puntos de carga y descarga, y los 5 metros restantes son para la circulación de vehículos del vecindario a velocidad reducida y el paso de servicios.
En cuanto al mobiliario urbano, se han instalado nuevos aparcamientos de bicicletas, lugares para sentar, nuevo alumbrado con farolas de columna vertical y papeleras, y en el ámbito de servicios se ha instalado la red de recogida neumática. En cuanto al verde, se prevé que haya 108 árboles, de los cuales 91 serán nuevos. También se ha colocado plantas arbustivas de más de quince especies diferentes.
Las obras, que se han ejecutado a través del Instituto Municipal de Urbanismo (IMU), han tenido un presupuesto de unos 3,5 millones de euros. Con la ejecución de este segundo tramo, y sumado a la primera fase ya ejecutada, se habrá transformado un total de 270 metros de la calle de los Almogàvers, y ya quedará solo una última fase de obras para acabarlo de completar.
