La fin de las fiestas de Navidad llega a Barcelona. Con las cabalgatas ya atrás y los regalos de Reyes abiertos –y después de una rifa especialmente salida bien en Cataluña– los barceloneses empiezan el desmontaje de las decoraciones navideñas. La diversidad de elecciones estéticas a los hogares de la ciudad es cada vez más ancha –luces, muñecos escalando por las ventanas o renos a los espacios públicos acompañan los tradicionales pesebres y estrellas– si bien el árbol de Navidad es todavía el punto de unión. En la recta final de fiestas, la abundancia de abetos de los cuales deshacerse puede suponer, a ojos del Ayuntamiento, un problema en las calles. Así, y para evitar «abandonos incívicos» a las vías de la capital, el consistorio habilitará a partir del próximo domingo 227 puntos de recogida de árboles, repartidos pelos 10 distritos de la ciudad.
El despliegue del dispositivo servirá para facilitar a los barceloneses la retirada ordenada de abetos y otros ornamentos vegetales de sus hogares, decoradas en muchos casos ya hace meses con motivos navideños. Así, como recuerda el mismo Ayuntamiento, los abetos son mayoritarios en estos puntos de recogida, si bien también se admiten ramas diversas y otros adornos. Las instituciones, pero, piden los usuarios que, en la hora de depositarlos, los árboles no tengan cabe otro elemento ornamental para facilitar su reaprovechamiento. Los materiales recogidos acabarán dedicados a la mejora del mantenimiento de los espacios ajardinados de la ciudad, después del necesario tratamiento que se aplica.
Cada vez más árboles
A la espera de las cifras de este año, durante los días posteriores a la festividad de Reyes del 2023 los servicios municipales acumularon hasta 9.526 árboles de Navidad en los más de 200 puntos de recogida habilitados a varios puntos de la ciudad. Después de ser transportados al vivero municipal, sirvieron para generar más de 180 metros cúbicos de triturado, un material que posteriormente se usa en los espacios verdes de Barcelona durante el primer semestre. Justo es decir que la reutilización de los abetos navideños reclama un tratamiento que puede durar entre dos y tres meses.