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Barcelona se prepara para restricciones de agua en una situación de sequía «excepcional»

Con las restricciones por sequía a punto de aprobarse, y ante el hecho que estas afectarán a Barcelona y al área metropolitana, el gobierno de Jaume Collboni ha decidido crear un Grupo de Trabajo de Emergencia por Sequía. La gaceta oficial del Ayuntamiento publica este martes, 14 de noviembre, el decreto de alcaldía para afrontar la situación «de excepcionalidad» a la que se ve abocada la ciudad «ante la reducción continuada de los niveles de los embalses que proporcionan el agua» por la falta de lluvia.

Collboni dice en el decreto, firmado el 9 de noviembre, que el consistorio, en colaboración con otras administraciones, ha establecido un protocolo de actuación para riesgo de sequía de la ciudad de Barcelona, «que tiene el objetivo de prevenir y avanzarse a posibles sequías y, en caso de producirse, minimizar las consecuencias, estableciendo medidas preventivas y definiendo un modelo de actuación de los servicios municipales. Y añade: «A la vista de la preocupante evolución de la situación pluviométrica y ante la posibilidad que las autoridades competentes en la materia tengan que tomar decisiones que puedan afectar al día a día de sus ciudadanos, resulta necesario que la ciudad de Barcelona esté informada en tiempo real de la evolución de la situación, conocer y participar en la medida que le sea posible en la toma de decisiones para colaborar al buscar la mejor opción adaptada a la ciudad con total transparencia y apoyar a la transmisión de la información a la ciudadanía».

Quién formará el grupo de trabajo?

Del grupo de trabajo que impulsa el Ayuntamiento formarán parte la gerencia municipal, la Gerencia de Movilidad, Infraestructuras y Servicios Urbanos y las Gerencias de las áreas municipales afectadas por los diferentes planes de contingencia. Además, y de manera no limitativa, se incluirá a las áreas de Educación, Servicios Sociales, Deportes, Parques y Jardines, Limpieza, Comercio, Seguridad y Prevención, Comunicación y Prensa; la dirección general de Barcelona Ciclo del Agua SA, la dirección del área del Ciclo del Agua y Análisis de Políticas Metropolitanas de la AMB, la dirección de la Agencia Catalana del Agua (Generalitat de Catalunya), la dirección de Aigües Ter Llobregat (Generalitat de Catalunya), la dirección General de Aigües de Barcelona y la delegación del Gobierno español en Cataluña.

El grupo lo presidirá la primera tenencia de alcaldía, que encabeza Laia Bonet, y el coordinador será la oficina del ingeniero jefe, Oriol Altisench, y la empresa Barcelona Regional ejercerá la secretaria técnica. Según el decreto, las funciones del grupo de Trabajo, que se podrá ampliar de forma puntual o continuada, serán compartir previsiones meteorológicas y de activación de planes, prever con suficiente antelación los planes de contingencia de los servicios municipales, coordinar los ámbitos de comunicación y profundizar en la detección de retos y soluciones a corto y medio/largo plazo. El Grupo de Trabajo de Emergencia por Sequía será vigente mientras no se acuerde su disolución y se deje sin efecto este decreto», dice el alcalde.

Las sequías de las últimas décadas

Collboni recuerda algunos de los episodios de sequías que han sufrido Cataluña y Barcelona las últimas décadas. «Uno de los más importantes es la que afectó a nuestro país y el conjunto de la península Ibérica entre 1944 y 1950, que motivó restricciones en el suministro en varias poblaciones y durante diferentes periodos. El 1953 solo llovió la mitad de lo que era normal y las restricciones en el servicio llegaron a Barcelona, donde a mediados de mayo se iniciaron cortes en el suministro a las viviendas durante un 30% de las horas del día». Más adelante, en 1973, 1985, 1988 y 2005-08, Cataluña sufrió varios episodios de sequía rigurosa que provocaron restricciones relevantes en el suministro y los cortes estuvieron a punto de afectar a la capital hasta que llovió.

Ahora mismo, la situación es muy preocupante, puesto que «las precipitaciones en el distrito de cuenca fluvial de Cataluña han experimentado una reducción en los últimos años que se ha acentuado a partir del año 2021, profundizado durante el año 2022, y que persiste en 2023, con lo cual este periodo desde el verano de 2020 se sitúa muy por debajo de la normalidad. Esta situación generalizada logra anomalías todavía más extremas a escala local, puesto que en amplias zonas del territorio no se ha llegado a lograr ni la mitad de las lluvias anuales del valor climático como por ejemplo en el Barcelonès», explica Collboni.

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