Los vecinos de la calle Tuset, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi, siguen desesperados por la deriva que ha tomado una calle reconvertida, ya hace unos años, en un núcleo duro del ocio nocturno de Barcelona. Los vecinos piden una moratoria para nuevas licencias, revocar las de aquellos negocios que generen «más problemas» y sobre todo modificar el plan de usos de la zona. Propuestas que ahora parecen más bien lejanas. En la última Audiencia Pública, la regidora del distrito, Maria Eugènia Gay, los ha avisado que «no está prevista ninguna modificación del plan de usos» y que la propuesta de declarar Tuset zona acústica de régimen especial (ZARE) «no ha prosperado».
La misma regidora admite que el Ayuntamiento no puede tomar medidas «drásticas» y que tampoco dispone del «instrumento legal» para frenar de una sola vez los problemas de convivencia. «Se ha optado para tomar medidas quirúrgicas que se adoptarán de manera individualizada», insistía Gay en el encuentro vecinal de lunes. La regidora ha mencionado que algunos locales «tendrán que cerrar», pero que todavía hay vigente un «periodo de alegaciones» y que antes de comunicar ninguna novedad a los vecinos «se tiene que informar» los propietarios de los negocios. En medio de este malestar, el gobierno del distrito recuerda que el 18 de abril entró en vigor un dictamen que prohíbe la venta de alimentos y bebidas más allá de las diez de la noche.
Los vecinos piden «ponerse las pilas»
Maria Eugènia Gay recuerda que la problemática viene de lejos y que no se puede cerrar un conjunto de locales de la noche a la mañana, pero los vecinos de Tuset creen que el Ayuntamiento podría hacer más, sobre todo en la calle. Más allá de las medidas, todos ellos critican la «poca transparencia» del ejecutivo, a quien incluso acusan de negociar con los propietarios de las discotecas de espaldas a los vecinos. La regidora ha negado taxativamente que haya ninguna negociación abierta entre el Ayuntamiento y el ocio nocturno por la situación de Tuset. Sea como fuere, en el último encuentro conjunto, algunos vecinos han recordado que el distrito «no ha respondido» a una carta que enviaron el tres de octubre pasado.

En la Audiencia Pública del lunes, algunos de los ponientes remarcaron que «no saben nada» de ningún procedimiento municipal respecto a los centros de ocio de su calle, avisaban que el problema es «grave» y recriminaban al ejecutivo socialista que «nunca se pronuncian» sobre el plan de usos. Esta vez la regidora sí que lo ha hecho, descartando definitivamente modificarlo. «Pónganse las pilas y hagan cosas de verdad», ha sido la respuesta final a varias negativas del distrito.




