La comisión de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona ha acordado por unanimidad elevar a la Ponencia de Nomenclador la propuesta de poner el nombre de Copito de Nieve a una calle de la ciudad. Los grupos también han instado el ejecutivo a encontrar una localización para colocar una estatua en recuerdo del famoso gorila albino, que murió hace dos décadas en el Zoo de Barcelona. Según los populares, ideólogos de la propuesta, esta es una acción necesaria porque el animal «ha marcado muchas generaciones de barceloneses».
El regidor popular Víctor Martí ha remarcado que el Copito de Nieve situó Barcelona «en el mapa mundial» y generó «conciencia sobre la protección de especies en peligro de extinción». Los populares destacan que un ciudadano ya presentó 3.000 firmas para que se le hiciera un homenaje durante el mandato pasado y ha cargado contra el ejecutivo de Colau para impedirlo. Martí ha acusado al gobierno pasado de no dar facilidades para llegar a puntos de encuentro «ni siquiera en aquellas cuestiones de menor trascendencia política».
Los Comunes piden que se aproveche el homenaje para recordar el pasado colonial
Los Comunes han dado luz verde al homenaje, pero han resaltado que hace falta recuperar la memoria «con espíritu crítico». Los de Ada Colau han pedido a la comisión «dejar de blanquear la Barcelona colonial». «El gorila albino fue robado con financiación del Ayuntamiento», ha indicado la regidora Jess González, que ha pedido que la calle o la escultura también sirva para recordar este pasado. La regidora ha respondido a las acusaciones del PP asegurando que el rechazo pasado a este homenaje responde al hecho que la iniciativa propuesta «era puramente comercial y sin ningún valor artístico».
Por su parte, ERC ha puesto en valor que la historia del Copito de Nieve sirve para explicar los blancos y negros del pasado, y que su figura permite entender las dos realidades. Junts ha felicitado la ciudad por «la política acertada de los últimos años de cambiar los nombres de calle por razones más democráticas» y el PSC ha pedido no tratar el animal como culpable, sino como víctima. Los socialistas también se han preguntado qué vida habría tenido en Copito de Nieve si no hubiera llegado a Barcelona.
