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El banquero monárquico que enamoró a los barceloneses del siglo XIX

Su entierro fue masivo. Miles de personas de Barcelona y también de Badalona. Una despedida emotiva. El difunto, un banquero. Evarist Arnús y de Ferrer, nacido en la capital catalana en 1820, traspasaba a la edad de 70 años dejando un legado potente en el mundo de las finanzas barcelonesas y catalanas. Su lema, «compra barato y vende caro», lo convirtió en un gran hombre de negocios y miembro destacado de la burguesía barcelonesa del siglo XIX. Pero lejos de este mundo, Evarist Artús acabó siendo un banquero querido por toda la sociedad barcelonesa, que vio más allá de los negocios por convertirse un grande filàntropo. Al margen de su carrera política, monárquico convencido que a raíz de la proclamación de la Primera República en 1873 se integró en el trabajo del alta burguesía catalana a favor de la restauración monárquica en la persona de Alfonso XII, Arnús dedicó su vida al negocio de las finanzas y las obras culturales y sociales de la ciudad. Por todo ello, es considerado el banquero más importante de la Barcelona del siglo XIX, además de querido por buena parte de la sociedad. De hecho, en Barcelona tiene una calle dedicada, desde el año 1907, en el distrito de les Corts, cerca del Camp Nou.

Evarist Arnús, el gran banquero del siglo XIX en Barcelona

Fundador de dos bancos

Nieto de un notario francés e hijo de un comerciante, Evarist Arnús se licenció en Derecho en la UB después de estudiar en las Escuelas Pies de Sarrià. Abrió una oficina en el passatge del Rellotge de Barcelona especializada en inversiones en bolsa y poco a poco descubrió el negocio bancario. Pero lejos de arriesgar, su talante conservador le condujo al éxito en este negocio: su estrategia de inversión era simple: un tercio en propiedades, un tercio en acciones y un tercio para gastar como querría, nunca arriesgando más de la cuenta. Durante su vida, fundó hasta 25 empresas, de las cuales dos fueron muy importantes. Fue cofundador del Banco de Reus (1863) y se asoció con el grupo de Antonio López i López, marqués de Comillas, para abrir el Banco Hispano Colonial (1876), un banco de descuento, préstamos, depósitos, cobros y cuentas corrientes que financió grandes infraestructuras de Barcelona.

A modo de ejemplo, en 1884 la Sociedad de Crédito Mercantil (SCM), de la cual Arnús era accionista y miembro de la Junta directiva, compró los terrenos del principal parque de la ciudad, los jardines de los Camps Elisis, donde se habían instalado montañas rusas unos años atrás. Obtuvo un beneficio del 182% y guardó un trozo de terreno para hacerse una casa.

Filántropo y mecenas de la ciudad

En el campo de la obra social, Arnús fundó el Teatro Lírico-Sala Beethoven en 1881, en la zona de la esquina de la calle de Mallorca con el paseo de Gracia, que acogió actuaciones del Orfeón Catalán, Cataluña Nueva, teatro de Adrià Gual y artistas locales e internacionales como Enrique Granados, Isaac Albéniz y Sarasate o Sarah Bernhardt. El banquero también fue el presidente de la Casa de la Caridad. Además, también fue uno de los promotores de la Exposición Universal de Barcelona de 1888. Además, participó en varios grupos y entidades culturales, como por ejemplo la Asociación de Amigos de las Bellas artes, la Sociedad Filarmónica de Barcelona, la Asociación de Pintores y Escultores, el Círculo del Liceo, el Fomento de la Producción Española o el Instituto Agrícola Catalán de San Isidro.

Otra razón por la cual tuvo un gran aprecio de la sociedad barcelonesa fue por su gestión de la crisis bursátil de 1888. Muchos inversores habían vendido sus acciones a la baja y acabaron arruinándose. Entonces, Arnús compró las acciones que habían perdido los deudores y los salvó de la ruina. Este gesto le valió el reconocimiento de la sociedad barcelonesa y lo convirtió en un personaje muy popular.

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