Uno de los iconos más característicos de Barcelona presentará una evolución. El Ayuntamiento de Barcelona instalará baldosas sostenibles en las aceras de la capital catalana, tan reconocibles ellas. Esta prueba piloto se hará dentro de la superilla del Poblenou, en el eje verde de la calle de los Almogávares, cubriendo una superficie de 2.500 metros cuadrados y obteniendo datos que servirán para aprender el comportamiento de estos y aplicarlos a nuevas obras públicas.
Se espera que la instalación de estas nuevas baldosas, fabricadas con materiales reciclados, podrían reducir el efecto isla de calor, o lo que es lo mismo, el aumento de temperatura que genera la actividad humana, la poca humedad del suelo en Barcelona y el muro que suponen los edificios.
Un objetivo claro
Los proyectos de estas nuevas baldosas, liderados por Breinco, Constraula y Escofet, tienen varios factores comunes, como la utilización de materiales áridos reciclados o el cemento proveniente de escorias para la fabricación. Además, se quiere reducir la emisión de CO₂ en este proceso. De las nuevas baldosas se espera que ayuden a la reducción de ruido, a solucionar el problema de la isla de calor y contrarresten los gases contaminantes emitidos.
Durante este año de prueba habrá varios aspectos que se valorarán, como pueden ser la resistencia, el deslizamiento, el grado de rotura de piezas, el comportamiento acústico, la estabilidad cromática e índice de reflectancia, la durabilidad, el desgaste por abrasión, la filtración de agua, la limpiavilidad y la adherencia de chicles.
Ciudad de futuro
Esto es lo que busca el Ayuntamiento de Barcelona con estas nuevas baldosas. Laia Bonet, primera teniente de alcaldía, ha asegurado que «la baldosa del siglo XX continúa siendo una solución resistente y duradera, pero pensábamos que había que actualizarlo para hacer frente a los retos que tiene la ciudad». Según Bonet, los resultados de este año de estudio servirán para dar una vuelta a la pavimentación de la capital catalana con la idea que en el futuro estas baldosas sean «la regla general».