El Ayuntamiento de Barcelona da por superada la primera fase de las obras del colector que mejorará el drenaje de la avenida del Paral·lel, la ronda de Sant Pau y la calle Vila i Vilà. Los técnicos ya han ejecutado un muro de contención de tierras y han desplazado los servicios. A partir de ahora pulirán los últimos detalles de cara a la segunda fase, que se ejecutará en el segundo semestre de 2026. Las obras cuestan unos 19 millones de euros y completan una mejora que comenzó en 2015, con una primera fase de obras, y que terminará cuando esté el nuevo colector.
Esta nueva infraestructura, que se enmarca en una política de saneamiento de la ciudad, debe proteger todo este ámbito de Paral·lel de episodios de lluvia intensa. Con ella se incrementa la «capacidad hidráulica» de la red, es decir, que el colector aumentará la capacidad de la calle para evacuar agua para mitigar algunos problemas de inundaciones que se producen en la zona baja de Ciutat Vella. El colector tiene 500 metros de longitud y obligará a reurbanizar unos 9.000 metros cuadrados de superficie.
El colector se une a dos obras importantes
El colector de Paral·lel se une a otras obras encaminadas a mejorar todo lo que se ubica en el alcantarillado de la ciudad. Coincidiendo con el ecuador de las obras, el Ayuntamiento también destaca dos infraestructuras importantes para el saneamiento de la ciudad: el nuevo depósito de la rambla de Prim, que con una capacidad de 94.000 metros cúbicos será el más grande de la ciudad, y la continuación de la duplicación del colector de la avenida Diagonal hasta Francesc Macià. Esta segunda obra permite aumentar en un 70% la capacidad de drenaje en esta zona, disminuyendo también el riesgo de inundación.
El ejecutivo de Jaume Collboni enmarca estas obras en un programa de actuaciones bautizado con el nombre de Pla Clima. Se trata de un programa que busca preparar la ciudad a los efectos del cambio climático. Desde el ejecutivo lo describen como la «hoja de ruta» de la ciudad para que Barcelona sea «climáticamente neutra» y esté «bien adaptada al cambio climático para el año 2030».
