Tot Barcelona | Notícies i Informació d'actualitat a Barcelona
Aparecen grietas en viviendas de les Corts que sufren vibraciones del subsuelo

Cuando las obras de la Línea 9 de metro empezaron hace años, una vecina del barrio de la Maternitat i Sant Ramon, Mercè Alabart, ya sentía vibraciones en su casa. Así lo recuerda al TOT Barcelona: «Cuando passaba la tuneladora le decía a mi marido que ojalá el metro no hiciera ruido cuando acabaran las obras». No ha sido así. Hace alrededor de cinco meses que esta vecina de 78 años volvió a sentir vibraciones. Las siente cada cuatro minutos. Enseña como han provocado algunas grietas en varios espacios de su casa y asegura que hacen vibrar las copas de la vitrina y un reloj de pared que cada día acaba torcido. En los primeros tres primeros minutos que el TOT ha pasado dentro de esta vivienda de la calle de Pintor Tapiró del distrito de les Corts, ya ha sentido la primera vibración. Proviene del subsuelo.

Alabart no es la única vecina que vive esta situación. El presidente de la Asociación de Vecinos de Sant Ramon, Andrés Quilez, explica al TOT que un total de siete fincas del barrio han alertado sentir vibraciones desde hace también cinco meses, momento desde el cual han aparecido grietas en algunas viviendas. «Hay fincas donde pueden vivir hasta 50 personas», avisa Quilez. En cuanto a las causas, no están claras, pero indica que podrían ser las obras de la Línea 9 del metro. Cerca de las fincas afectadas, indica, pasa esta línea, que hace años que funciona y todavía está en obras.

TMB inspeccionará los tramos afectados

Ante esta situación, Quilez trasladó la problemática al Distrito de les Corts durante el Consejo de Barrio del pasado 21 de marzo. Por su parte, fuentes del Distrito confirman al TOT que recogieron la inquietud de los vecinos y la comunicaron a Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) y la Generalitat, responsables de las obras. «TMB se ha comprometido a hacer inspecciones en los tramos afectados para saber cuál es el origen de las vibraciones», dicen. Por su parte, Quilez indica que ha recomendado a los vecinos que certifiquen a través de un perito que las grietas no son consecuencia de la estructura de la casa y que, de este modo, conste que las causas son ajenas.

Mercè Alabart a la puerta de casa suya de la calle de Pintor Tapiró / Jordi Play
Mercè Alabart a la puerta de casa suya de la calle de Pintor Tapiró / Jordi Play

Mientras no se encuentre el origen del problema ni se haga nada al respeto, los vecinos de estas siete fincas de la Maternitat i Sant Ramon continuarán conviviendo con las vibraciones. Alabart afirma que por la noche las siente con todavía más fuerza y que las grietas están en varios espacios de casa. Hay a una de las paredes del recibidor, en el techo del salón y el dormitorio, donde hay cuatro junto a un crucifijo que preside esta habitación. «Como las paredes son de papel no se puede ver como están, pero imaginad lo que puede haber…».

Las grietas también aparecieron hace cinco meses en el piso de la Clara, otra vecina de la misma calle. Recibe al TOT mientras está teletrabajando y señala una nueva que se encuentra en el salón. Esto no es todo. Otra novedad es que desde hace un mes y medio las vibraciones son más fuertes a las 20 horas. «Últimamente, se han intensificado, sobre todo por las noches».

La iglesia de Sant Ramon

Más allá de las viviendas de la calle de la calle de Pintor Tapiró, Alabart afirma que tiene constancia que la farmacia y la peluquería que hay en la misma calle tienen grietas en las paredes del lado montaña, como también pasa en su casa. También asegura que las vibraciones se sienten en la iglesia de Sant Ramon y en la ciudad vecina de Barcelona. «Mi sobrino vivo en el barrio del Torreón del Hospitalet, y también sufre vibraciones», subraya.

Los hechos que se viven en esta zona, no son nuevos en Barcelona. El barrio del Turó de la Peira, situado en el distrito de Nou Barris, es protagonista de una situación del estilo fuerza peor. Varios vecinos tuvieron que convivir durante mucho de tiempo con las vibraciones que provocaban los trenes de la Línea 5 del metro. Desaparecieron a finales de verano, cuando se acabaron las obras de renovación de las vías y las fijaciones. Pero quedaron unas cuántas cicatrices.

Otra de las grietas que hay en casa de Alabart / Jordi Play
Otra de las grietas que hay en casa de Alabart / Jordi Play

Tal como explicaron el pasado septiembre algunas vecinas afectadas al TOT, hay varias viviendas, sobre todo las que se encuentran en el paseo de Fabra i Puig, que tienen grietas y otras afectaciones provocadas por estas vibraciones. Desde entonces piden a TMB y al Distrito de Nou Barris que las arreglen. Pero ya han pasado más de seis meses y no han conseguido ningún cambio. TMB no les ha dicho nada más de lo que ya dijo en aquel momento: los daños de las viviendas no son culpa de las vibraciones. Las vecinas, pero, creen que la realidad es muy diferente. Una de ellas es la presidenta de la Asociación de Vecinos del Turó de la Peira, Inés Navarro. “Qué casualidad que, justamente, los afectados son los que se encuentran sobre la L5 de metro”, bromeó.

Las demandas de las vecinas afectadas van más allá de estas grietas. También quieren que se haga un estudio estructural para determinar que los edificios están en buen estado. ¿La razón? Entre otros, el historial del barrio con la aluminosis. El 11 de noviembre del 1990 un edificio de la calle de Cadí se derrumbó a causa del cemento de baja calidad con el cual se había levantado. Estas vecinas vivían en un bloque próximo, donde más tarde también se encontraron afectaciones y, por lo tanto, las realojaron a las viviendas donde viven ahora. El pasado mes de septiembre era inevitable que temieran que la misma situación se repita. “Tenemos miedo que estos bloques puedan tener problemas similares y vuelva a pasar una desgracia como aquella”, insistió entonces Navarro. “Siempre he dicho que caería cuando acabara de pagar la casa, y lo hice hace poco…”, sentenció.

Nou comentari

Comparteix

Icona de pantalla completa