Último obstáculo para el renacimiento de una de las joyas más olvidadas de Barcelona. El Taller Masriera, un edificio de estilo neoclásico obra del arquitecto Josep Vilaseca i Casanovas, tendrá que retirar una cantidad importante de fibrocemento –más de tres toneladas de amianto– antes de poder reconvertirse en un nuevo equipamiento cultural abierto a la ciudadanía y en sede de la biblioteca Sofia Barato. Un estudio encargado por el Ayuntamiento de Barcelona -propietario del inmueble desde el 2020- ha confirmado la presencia de varias placas de uralita en diferentes puntos de este recinto construido en 1882 y que originalmente funcionó como taller de pintores y escultores.
En concreto, el consistorio ya ha abierto el proceso de licitación para escoger la empresa que tiene que llevar a cabo este proceso de retirada siguiendo todas las medidas de seguridad estipuladas por normativa, dado que el amianto es una sustancia tóxica y que sus fibras son potencialmente cancerígenas si se inhalan de forma continuada. El concurso público iniciado por el ejecutivo se basa en un estudio encargado por la misma institución donde se concluye que hay cerca 3,3 toneladas de este material repartidas en unos 730 maestros cuadrados, que van desde algunas de las cubiertas del patio interior a varios tubos pasando por las chimeneas o incluso por algunos de los componentes del escenario teatral.
Después de haber licitado las obras, que tendrán un coste máximo de unos 72.500 euros, incluyendo la retirada del amianto y la restitución de los elementos extraídos, los siguientes trámites serán la adjudicación y la elaboración por parte de la empresa adjudicataria de un plan de retirada del fibrocemento. Fuentes municipales consultadas por este medio precisan que, una vez presentada el plan, este se tendrá que validar con la Generalitat antes de poder ejecutar la obra. Las mismas voces indican que los trabajos habrían de ponerse en marcha a finales de año.
Un teatro por donde pasaron de Lorca a Folch y Torres
Hay que recordar que el Taller Masriera fue adquirido en 2020 bajo un precio de 7,5 millones de euros por parte del Ayuntamiento como respuesta a una histórica demanda vecinal con el doble objetivo de preservar este edificio emblemático, situado a los números 70 y 72 de la calle de Bailén, y poder cubrir el déficit de equipaciones al barrio. Estas instalaciones albergaron un teatro histórico con una trayectoria brillante en la historia escénica catalana. Las salas de esta equipación acogieron la compañía de Lorca, vanguardias futuristas, concursos pioneros, artistas internacionales e intelectuales como Apel·les Maestros, Josep Maria Folch i Torres, Eduard Tolrà y Manuel Blancafort, entre otros.
