Los alquileres de temporada, que ofrecen contratos de menos de un año, continúan creciendo en Barcelona. Según un estudio de Idealista publicado este jueves 25 de enero, un 30% de los alquileres de Barcelona, es decir, uno de cada tres, eran de temporada durante el último trimestre del 2023. El incremento interanual vivido en la capital catalana es todavía mayor: un 58%. Este hecho está provocando, entre otros, que caiga el alquiler tradicional, que ofrece contratos de mínimo cinco años. En el caso de Barcelona, la caída fue del -24%.
En cuanto al resto del Estado, los alquileres de temporada representaban un 11% del total y el incremento interanual de su oferta era del 58%. Otras ciudades del Estado donde esta modalidad de alquileres tiene más presencia son Donosti, donde representaban el 32%. A esta ciudad la siguen Cádiz (22%), Valéncia (15%), Málaga (14%) y Madrid (13%). En la cola de este ranking se encuentran Santander (12%), Palma (11%) y Bilbo, Girona, Badajoz, Alicante y Tarragona, donde representaban menos del 10%. En cuanto al crecimiento de los alquileres de temporada, las ciudades donde se notó más son Málaga (123%), Valencia (99%), Alicante (85%), Sevilla (83%), Palma (70%) y Bilbao (62%). En Madrid y Donosti, por su parte, crecieron un 58% y un 47%.
Ante este contexto marcado por un fuerte crecimiento del alquiler de temporada en Barcelona y otras ciudades del Estado, hay que destacar que el gobierno español está trabajando en una nueva ley estatal para regular este tipo de alquileres, ya que no entran dentro de la futura ley de regulación de los alquileres y, por lo tanto, muchos propietarios los están usando para burlarla. El grupo de trabajo que hay detrás de esta ley está trabajando para establecer las diferencias que hay entre los contratos de alquiler tradicionales y los de temporada.
Un aumento de 100 euros
La regulación de los alquileres, que entrará en vigor el próximo mes de febrero, tendría que servir para detener las subidas de precios constantes que viven los alquileres en Barcelona. Según los últimos datos del Instituto Catalán del Suelo (Incasòl), en el tercer trimestre del 2023 el precio se ensartó hasta los 1.171 euros de media, lo cual supone un incremento de casi 100 euros respecto al año anterior.