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Grietas y humedades: la cara B de la segunda cúpula más grande de Barcelona
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Son la una y media de domingo y parte de los vecinos de San Andreu empiezan a salir de misa. La mayoría marchan corriendo y solo una decena de vecinas bastante veteranas se quedan hablando en la puerta. Hablan de todo menos de la iglesia, una de las más históricas de Barcelona y todo un emblema del barrio. Cuando se les pregunta por ella, eso sí, todo son palabras agradecidas. Bonita y especial son dos de los adjetivos que más repiten estas vecinas, que prefieren obviar que, por dentro, la imagen que se percibe es de un cierto deterioro. Actualmente, un tercio del templo, el que queda bajo la cúpula –la segunda más grande de la ciudad solo por detrás del MNAC–, está precintado por miedo a posibles desprendimientos de la pared.

Y eso que después de dos décadas de lucha y presión vecinal, hace dos años las autoridades dieron una alegría al barrio retirando la malla que cubría la cúpula y presentando la nueva imagen ya reformada. Un gesto esperado pero insuficiente. Esteve Cabré, feligrés histórico y arquitecto de profesión, explica al TOT Barcelona que, a diferencia del que muchos piensan, hay dos cúpulas. La exterior, que centra las miradas de todos los visitantes, y la interior, que todavía hoy presenta grandes grietas y humedades que hacen sufrir los más fieles al templo.

Mal estado de conservación de la cúpula interior de la iglesia de San Andreu del Palomar.
Imagen del espacio que hay entre las dos cúpulas: la interior cuelga de la cúpula exterior | Jordi Play

Una cúpula permanentemente en crisis

La historia de la cúpula parece la historia de nunca acabar. El año 1881, el arquitecto Pere Falqués opta por ampliarla y tan solo un año después ve como su obra se derrumba. Josep Domènech y Estapà fue el encargado de reconstruirla de nuevo y, en este caso, optó para crear las dos cúpulas contiguas que levantan actualmente la iglesia hasta los 68 metros de altura. Pero con el tiempo, el cambio de temperaturas entre ambas cúpulas y la temblor que provocaron las obras del Metro la han ido deteriorando hasta el punto de ser, de nuevo, un peligro. «Cuando llegué y vi las grietas dije: aquí no se tiene que poder pasar», recuerda Esteve. «Pero sin duda, era prioritario arreglar la cúpula exterior, que caía a trozos y ponía en peligro la sacrista y las calles adyacentes», continúa.

Ahora, la cúpula exterior ya luce ante el orgullo de todos los andreuenses. Pero se equivocan aquellos que piensan que toda la infraestructura ya está a punto. Entrar hoy en día a la iglesia de San Andreu es sinónimo de ver un gran espacio de cerca de 40 metros cuadrados, entre el altar y la nave central, precintado con bancos de la misma iglesia. Cómo si fuera un guía turístico, Esteve levanta el brazo y explica que «en cada esquina de la cúpula hay una gran grieta», pero que sobre todo preocupan –se gira– «los desprendimientos que caen por culpas de las humedades que hay».

Mal estado de conservación de la cúpula interior de la iglesia de San Andreu del Palomar.
Mal estado de conservación de la cúpula interior de la iglesia de San Andreu del Palomar. Pinturas de Josep Verdaguer
Las humedades ponen en peligro una parte de la iglesia | Jordi Play

El nuevo Plan Director, el proyecto definitivo?

Desde el templo andreuense apuntan que todavía falta mucho trabajo por hacer y mantienen que quieren hacerlo todo de una sola vez. La experiencia de la última reforma, que se ha alargado en los años, no es un buen recuerdo y por eso no contemplan ninguna otra opción. Esteve, que también forma parte de la comisión que hace seguimiento de las obras, explica que un grupo de expertos conformados por arquitectos, parroquianos e historiadores están elaborando un nuevo Plan Director que, si nada se tuerce, se presentará en septiembre de este mismo año y que «tiene que ser el punto de partida para negociar [con las administraciones] la reforma de todo lo que queda».

El templo, eso sí, se guarda una carta que no tenía hace unos años y que puede facilitar la reforma que proponen desde el obispado: La capilla de los segadores –contigua a la iglesia– y todo su alrededor han sido recientemente declarados Bien de Interés Cultural Nacional (BICN), la máxima distinción de un monumento en Cataluña a excepción de la condecoración de la UNESCO. ¿Y en qué ayuda este reconocimiento? «Nos da opción a pedir más subvenciones», responde Esteve.

Pero antes aún hay que acabar el Plan Director, que propondrá mejoras para la cúpula interior. En este sentido, uno de los principales retos será averiguar como se pueden tapar las grietas, que podrían volver a aparecer teniendo en cuenta que el Metro pasa por debajo. «Lo sentimos, por lo tanto, seguro que afecta en menor o mayor medida, pero como no lo sacarán hay que adaptarse a él», dice Esteve. También hay que reformar la primera cubierta, las pinturas de Verdaguer, «muy tocadas» por la humedad, y la acceso al campanario, que está matrecho y supone un peligro para todo aquél que sube.

Mal estado de conservación de la cúpula interior de la iglesia de San Andreu del Palomar. Esteve Cabré, arquitecto y parroquiano.
Esteve Cabré, arquitecto y parroquiano: «No creo que vea la cúpula acabada» | Jordi Play

«Cuando acabe la reforma, quizá me han enterrado»

Esteve sabe de qué habla y conoce bien todos los rincones que hay que reformar. Ha visto muchas obras como arquitecto y ha analizado, como parroquiano, varios planos de la cúpula, la cual se sabe de memoria y aprovecha la ocasión para enseñarla al TOT Barcelona. Durante los cerca de 70 metros que separan la nave de la cumbre más alta de la iglesia, hay cabida para muchas explicaciones técnicas y unas cuántas batallas históricas, pero no para el optimismo. «Cuando se acabe la reforma y se pueda abrir todo el espacio al público sin peligro, quizás a mí ya me han enterrado», comenta mientras sube las escaleras. Pero cuando se llega arriba, no hay cabida ni para reproches ni para lamentaciones: «Ahora os enseñaré la joya que tenemos aquí», dice mientras abre los ventanales que coronan la cúpula y que ceden todo el protagonismo a la ciudad de Barcelona.

Barrio de San Andreu del Palomar. Distrito de san Andreu
Las magníficas vistas que hay de Barcelona desde la cúpula | Jordi Play

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