Mariam Mabrouka no puede disimular sus ojos llorosos cuando habla de Palestina. Esta alumna del grado de Estudios Literarios de la Universitat de Barcelona (UB) está viviendo de bien cerca el conflicto de la franja de Gaza. Su familia es de origen sirio y prácticamente siente como si los bombardeos perpetrados por Israel se estuvieran produciendo en su país. «Todos los estados de esta zona compartimos un mismo idioma y cultura. Hay mucha empatía los unos con los otros», asegura. La joven es una de las personas que apoyan la acampada estudiantil que desde este lunes por la tarde ocupa buena parte del claustro principal del Edificio Histórico de la UB con el objetivo de conseguir que la institución rompa toda relación con el estado israelí.

«Nos enseñan y hacen memorizar conceptos como la justicia y la libertad, pero cuando se tienen que aplicar… No entiendo por qué tenemos que tolerar actos de criminales de guerra. Soy un poco pesimista, pero me gustaría pensar que la universidad hará algo al respecto», apunta. A su lado, Salma Cruz asiente. Esta joven está en el primer curso del grado de Lenguas Modernas que imparte la misma institución. «Aquí vamos todos a una y, si los máximos responsables no quieren mostrar apoyo por miedo y presiones externas, tendremos que hacer más ruido. Tenemos que romper la idea de que este es un conflicto que no nos afecta», remarca.

La acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.
La acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.

Las cerca de un centenar de personas que ayer se parapetaron en medio del corazón de la UB viven este martes su segunda noche al raso repartidos en una cincuentena de tiendas. Se estarán al menos hasta el miércoles, cuando está previsto que se celebre el claustro extraordinario de la institución, donde se votará una moción en apoyo al pueblo palestino y para cortar todas las relaciones académicas con otras universidades, centros de investigación, entidades y empresas vinculadas a Israel. La propuesta, sin embargo, no es vinculante, de forma que su aprobación no es ninguna garantía que haya la rotura solicitada por parte de la UB. Por eso, los manifestantes piden un posicionamiento público inequívoco por parte del rector, Joan Guàrdia, como requisito para levantar la acampada, un gesto que, en caso de no producirse, podría complicar la situación teniendo en cuenta que el Edificio Histórico es uno de los colegios electorales del 12M.

Calma antes de la tormenta?

El ambiente en la acampada estudiantil era sosegado este martes a primera hora de la mañana. Un grupo de alumnos colgaban una gran pancarta de uno de los patios secundarios de las céntricas instalaciones universitarias mientras otros empezaban a organizar las actividades previstas para la jornada. «No hemos dormido demasiado, pero tampoco nos podemos quejar«, señalaba un estudiante francés que hace dos años que cursa un máster en la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). Cuando vio que los compañeros de la UB se estaban movilizando en solidaridad con Palestina, no se lo pensó dos veces. «En Francia ya hemos visto cómo han acabado estas protestas. Esto será un tira y afloja, pero tenemos determinación», insiste.

Durante toda la mañana, varios estudiantes han ido llegando con cuentagotas al claustro para sumarse a la acampada. Uno de los recién llegados es Víctor Iniesta. Este estudiante de Ciencias Políticas en la UB no pudo adherirse el lunes a la concentración porque trabajaba por la tarde, pero este martes a las diez ya estaba colocando su tienda en uno de los accesos al recinto. «Tenemos la esperanza que la movilización tenga su efecto. La universidad es un centro de conocimiento y cultura y se ha posicionado históricamente ante todas las injusticias. Sin la lucha desde fuera, es imposible que los palestinos resistan, por eso pedimos la ruptura con Israel», afirma.

Algunos de los participantes de la acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.
Algunos de los participantes de la acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.

A pesar de que reconoce que la moción que se lleva a aprobación este miércoles no es vinculante, Iniesta considera que este es el momento para plantarse y exigir tanto al rectorado de la institución como a la Generalitat y al gobierno español una postura firme sobre el conflicto. «De aquí no nos moveremos hasta que todos los convenios con Israel se rompan. No tenemos miedo a un desalojo, pero sí que estamos en alerta porque, siempre que hay respuesta por partes de los estudiantes, hay represión«, advierte, avanzándose a un escenario que puede acabar dándose durante el fin de semana con el pretexto de garantizar que el recinto puede abrir con normalidad como colegio electoral.

Algunos de los participantes de la acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.
Algunos de los participantes de la acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.

Firmeza ante un posicionamiento ambiguo

La primera reacción de la UB a la protesta llegó el mismo lunes en forma de comunicado. El rector se dirigió al colectivo de alumnos acampados para asegurarles que la voluntad de la institución es la de acompañar siempre este tipo de iniciativas, «velando por el pluralismo, por la convivencia y por el respeto a la actividad ordinaria de los centros», y mostrándose profundamente conmovido ante la «desproporción en la respuesta militar de los últimos meses». El posicionamiento cogió un poco a contrapié a los impulsores de la protesta, que no esperaban un mensaje de esta naturaleza. «Nos sorprendió. Cuando empezaron los bombardeos en Gaza, creamos desde cero el Comité Estudiantil en Solidaridad con el Pueblo Palestino. Entonces no hubo ningún tipo de interés por parte del rectorado, pero ahora que estamos acampando y salimos en la prensa se posicionan», lamenta Emma Cercós, una de las portavoces de la agrupación estudiantil.

Los manifestantes son conscientes que la proximidad de las elecciones del 12M hace difícil que la universidad se posicione de manera contundente, pero consideran que no hay tiempo que perder y que el rectorado puede marcar con su decisión el camino a seguir para otras instituciones y administraciones. «Si los valores de la UB se tienen que vincular a la libertad de pensamiento y los derechos humanos, estos se tienen que exigir también en Palestina. Es momento que la institución sea fiel a sus principios y ponga fin al silencio cómplice con el genocidio de Israel«, remarcan. Sobre los comicios del domingo, los impulsores de la protesta aseguran que no tienen ninguna intención de impedir la jornada electoral y subrayan que no entenderían que se optara por desalojarlos: «Si el rector entiende nuestra propuesta, le pedimos que se oponga a cualquier intento desalojo«.

Rueda de prensa de los participantes a la acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.
Rueda de prensa de los participantes a la acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.

En la misma línea se pronuncia la Marta Venceslao, antropóloga y profesora en la Facultad de Pedagogía de la UB. Como buena parte del profesorado de la institución, esta docente apoya la acción reivindicativa impulsada por los estudiantes y pone el foco en la necesidad de solidarizarse con una comunidad educativa palestina a la cual se está «negando un futuro». «Esto va más allá de los vínculos con universidades y empresas israelíes. Es un punto de no retorno y tiene que ver con los derechos humanos internacionales. Por qué no nos posicionamos con Palestina igual que hicimos con Ucrania? Todo el tejido universitario de Gaza ha sido destruido. Si esto no nos saca en las calles…«, reflexiona.

En cuanto a la clase política, una de las primeras voces que apoyó a la acampada fue la exalcaldesa y líder de los Comuns, Ada Colau, que quiso dar las gracias a los manifestantes por levantar la voz ante esta masacre. «Los jóvenes están poniendo ante un espejo unos estados [occidentales] que no están a la altura. No podemos callar. Ellos sí que nos representan«, señaló. Hay que recordar que el pasado septiembre, el ejecutivo encabezado por Jaume Collboni retomó el hermanamiento con la ciudad israelí de Tel Aviv, dejando de este modo sin efecto la suspensión temporal impulsada por el anterior gobierno liderado por Colau.

La acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.
La acampada propalestina de estudiantes al claustro principal del Edificio Histórico de la UB / A.R.

Optimismo con el levantamiento de la acampada

Fuentes de la UB consultadas por el TOT Barcelona celebran que la comunidad universitaria se muestre «activa, crítica y comprometida» y recuerdan que la institución tiene una larga trayectoria de implicación en conflictos globales, que va desde la guerra de los Balcanes de los años noventa hasta la más reciente invasión rusa de Ucrania, ante los cuales siempre ha promulgado los valores de «paz, cooperación, democracia y derechos humanos» que forman parte de su «compromiso innegociable». Las mismas voces indican que el rectorado confía en que la acampada se pueda levantar este miércoles después de la celebración de este claustro extraordinario.

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