La Audiencia de Barcelona ha absuelto por segunda vez un Mosso de Esquadra adscrito a las unidades antidisturbios después de estar cinco años acusado de haber abierto la cabeza a un manifestante en una protesta. La sentencia, dictada el pasado dos de octubre por la sección quinta, señala que no se ha acreditado que la lesión que sufrió, un corte de cinco centímetros en la cabeza, le hiciera el acusado con un golpe de defensa. El tribunal, en catorce páginas, desvirtúa los testigos y la obtención de las imágenes que se aportaron como prueba durante la vista oral, y considera que no son suficiente para acusar el agente adscrito al Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) de Lleida.
Los hechos se remontan la protesta del 25 de febrero de 2018, por la visita del monarca español, Felipe de Borbón, a Barcelona a fin y efecto de asistir a la cena inaugural del Mobile World Congress que se celebraba en el Palau de la Música de Barcelona. Uno de los manifestantes, que se encontraba ante la línea policial, recibió un golpe de defensa que requirió asistencia hospitalaria, con una brecha de cinco centímetros en la cabeza que fue suturada con siete grapas. Testigos de los hechos identificaron el acusado como presunto autor del golpe, pero los magistrados entienden que hay demasiada valoración «subjetiva» y que no se acredita que el autor material del golpe de defensa fuera el mosso acusado y no otro que formara parte del dispositivo. La defensa del agente ha ido a cargo del sindicato SABE-FEPOL.

Nadie niega que fue un golpe de porra
La resolución deja bien claro que la brecha en la cabeza no fue producto de un golpe de defensa. Es más, la sentencia detalla la evolución de los hechos y las dos cargas policiales que las unidades antidisturbios emprendieron para evitar la acometida de los manifestantes. En síntesis, el acusado y otro miembro de su unidad (TROPIC 552) recibieron la orden del sargento de reforzar la línea policial que recibía una lluvia de objetos, así como vallas dispuestas para contener las concentraciones.
En estos momentos, fue cuando las unidades antidisturbios fueron autorizadas por los mandos a repeler los manifestantes con las defensas. Así, fue como recibió los manifestantes. Según la denuncia, dos redactores y un reportero gráfico habrían fotografiado el Mosso ahora absuelto e identificándolo cómo el autor del golpe de porra. Ahora bien, los magistrados aportan hasta ocho argumentos para desvirtuar esta identificación y creen que no se ha acreditado que el acusado fuera el autor de los hechos. El ministerio fiscal entendía que sí que había habido un delito de lesiones, pero que su responsabilidad quedaba eximida por la obligación del cumplimiento del deber.