La Guardia Urbana multó en 2024 a un total de 341 personas por llevar al perro suelto. Los datos, que ha adelantado El Periódico, permiten ver el impacto que ha generado la nueva ordenanza sobre protección, tenencia y venta de animales, que el Ayuntamiento de Barcelona implementó a finales de 2023 para «ordenar» los usos de la calle. La multa es de 100 euros, pero los agentes pueden elevarla a 300 si el animal causa algún tipo de peligro para otras personas o para el entorno o hasta 600 si el animal está libre en un parque infantil.
Desde diciembre de 2023, los propietarios de los perros deben llevar al perro atado. Los animales solo pueden ir libres dentro de una franja horaria concreta en la zona de uso compartido, en las áreas de perros o una de recreo para animales. «Fuera de estos espacios, se deberá llevar atado», insistía en el momento de la aprobación, taxativa, la primera teniente de alcaldía, Laia Bonet. En total hay 225 espacios de ocio para los animales en diferentes distritos de la ciudad. El ejecutivo mantiene que el 95,5% de los ciudadanos que tienen perro tienen uno de estos espacios de ocio a menos de 10 minutos caminando desde casa.
180.000 perros en Barcelona
A finales de 2023, el Ayuntamiento desplegó más de 3.000 informadores en la calle y aseguraba haber habilitado 900.000 m2 de espacio. Según el Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona hay un total de 180.000 perros identificados. Y en los últimos años, los que tienen chip han crecido un 16%.
Es la primera vez que Barcelona implementa una ordenanza de este estilo, a pesar de que en octubre de 2014, con Xavier Trias como alcalde, el plan ya aprobó la prohibición. Pero las sucesivas prórrogas de la moratoria, a la espera de que llegaran las zonas de recreo, habían impedido su entrada en vigor.
