Unos 2.000 árboles han muerto en Barcelona como consecuencia de la sequía, durante la fase de excepcionalidad. Los datos los ha dejado a conocer este martes la teniente de alcaldía de Urbanismo del Ayuntamiento, Laia Bonet, en la comisión de Urbanismo. Según la regidora, se trata de árboles afectados «directamente e indirectamente» por la sequía. Durante 2023, murieron en la ciudad 500 árboles.
Bonet ha respondido a una batería de preguntas planteadas por el grupo de Trias per Barcelona, entre las que destacaban cuántos árboles habían muerto y cuántos estaban catalogados. El gobierno del PSC asegura que ninguno de los árboles muertos estaba catalogado. Otra cifra que Bonet ha explicado es que los espacios verdes de la ciudad han consumido durante los últimos dos años y medio 971.000 m³ de agua freática, el 38% del total.

El pasado febrero, el ejecutivo de Jaume Collboni anunció una inversión de 14 millones de euros en mejoras de la red freática, lo que permitirá regar más parques y espacios verdes de la ciudad, ha dicho Bonet en la comisión de Urbanismo. Otras inversiones previstas son otros 14 millones para renovar la red de riego.
Se replantarán 7.500 árboles y palmeras
El gobierno ha avanzado que, siempre que la sequía lo permita, Parques y Jardines, empezará en octubre a trabajar en la recuperación del verde. Uno de los pilares de este plan será replantar 7.500 árboles y palmeras, entre el otoño de este año y el diciembre de 2025. También está previsto reponer el resto de la vegetación, entre octubre de 2024 y el abril de 2026. En este caso se tratará de flores, arbustos y resiembra de césped.

También, a partir de octubre, está previsto llevar a cabo la planificación para la recuperación del arbolado calle a calle. Además, Bonet ha asegurado que la intención del Ayuntamiento es incrementar el número de hectáreas de verde en la capital catalana.
Una chica muerta por la caída de una palmera
El episodio más lamentable vivido en Barcelona durante la sequía relacionado con el arbolado fue la muerte de una chica, el 3 de agosto del año pasado, en el Raval, como consecuencia de la caída de una palmera. Aunque el estudio municipal se cerró sin ninguna causa determinante para explicar el accidente, el informe apuntó el estrés hídrico como posible causa. En octubre de 2023, el consistorio había revisado 1.200 palmeras y había retirado unas 700 para evitar accidentes. La familia de la persona muerta ha sido indemnizada con 240.000 euros.