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20 años del asesinato de Rosario Endrinal, la sin hogar que visibilizó la aporofobia

La madrugada del 16 de diciembre de 2005, este martes hace 20 años, Rosario Endrinal fue rociada con un líquido inflamable y quemada viva en un cajero de La Caixa en la calle Guillem Tell, en el distrito de Sarrià-Sant Gervasi. Rosario era una mujer sin hogar, vinculada al centro Assís, y fue atacada por tres jóvenes, uno de ellos menor de edad. Con quemaduras en un 70% del cuerpo, murió dos días después en el Hospital del Vall d’Hebron.

El caso conmocionó enormemente a la ciudadanía de Barcelona. En aquel momento, el Código Penal aún no recogía el delito de aporofobia: el odio y rechazo, con insultos o agresiones a las personas pobres. La muerte de Rosario sirvió para «visibilizar de forma contundente la existencia de la aporofobia» y contribuyó a introducir el término como delito de odio en 2021, ha dicho Elena Sala, directora del área social del centro de atención a personas sin hogar Assís, en la jornada Memoria y lucha. 20 años recordando a Rosario Endrinal que se ha celebrado este lunes.

En términos similares se expresa la directora de Arrels Fundació, Bea Fernández, en conversación con el TOT Barcelona. «Fue la primera vez que se puso nombre a este tipo de agresiones». El asesinato de Rosario fue un delito de odio, con el añadido de que se trataba de una mujer que estaba en situación de calle. «Para las entidades, supuso un cambio de chip». Fernández recuerda también el caso de Sonia Rescalvo Zafra, que murió apaleada por un grupo de neonazis, el 6 de octubre de 1991, mientras dormía con una compañera en el parque de la Ciutadella. Rescalvo fue víctima de un delito de odio por ser una mujer trans, pero también era una persona sin hogar, destaca la directora de Arrels, otra de las entidades de referencia en la atención a las personas sin techo en Barcelona.

Aumento del número de personas sin hogar

Pero lejos de mejorar, en las dos últimas décadas, las situaciones de aporofobia han ido en aumento, junto con el número de personas sin hogar, tanto en Barcelona como en Cataluña. Hace una semana, Arrels Fundació denunciaba que la presencia de sin techo en la ciudad ha crecido un 43,2% en dos años, hasta casi las 2.000 personas. Y un par de días después era la síndica de greuges de Cataluña, Esther Giménez-Salinas, quien alertaba que en el país había más de 6.700 personas durmiendo al raso y lanzaba un grito de alerta para buscar un acuerdo de país para frenar el sinhogarismo.

Una pancarta en recuerdo de Rosario Endrinal, en 2019, cuando se cumplían 14 años del asesinato / Wikimedia-Jordiventura96

Según Sala, de las mujeres sin hogar atendidas por Assís, un 52% ha sufrido alguna agresión, un 25% más que los hombres. Para una de las responsables del centro al que acudía Rosario, también es necesario diferenciar las agresiones a las personas sin hogar por razón de género. En el caso de los hombres, predomina la violencia material, como robos o agresiones, mientras que los ataques a las mujeres incluyen abusos, agresiones sexuales, acoso o insultos, recoge una encuesta de Assís a 150 usuarios.

Dos de los autores, condenados a 17 años de prisión

Los autores principales del asesinato de Rosario fueron Ricard Pinilla y Oriol Plana. Horas antes de matarla, estuvieron increpándola e insultándola y ella consiguió cerrar el cajero. Más tarde volvieron con un menor, Juan José M. R. Este pidió a Rosario que abriera la puerta y ella lo hizo. Una vez en el interior, los jóvenes rociaron a la mujer con el líquido inflamable y luego le lanzaron un cigarrillo. Las cámaras del cajero fueron determinantes para reconstruir el ataque mortal y en 2008, tres años después de la agresión, Pinilla y Plana fueron condenados a 17 años de prisión por un asesinato con alevosía, mientras que el menor, que entonces tenía 16 años, fue recluido ocho años en un centro de menores.

El asesino de personas sin hogar durante la pandemia

Durante la primavera de 2020, en plena pandemia, cuatro sin hogar murieron asesinados en las calles de Barcelona. Tres de los casos se resolvieron, pero uno aún está pendiente. Los Mossos detuvieron a un brasileño, Thiago Fernandes, como autor de tres de las muertes. El hombre, que actuaba con una violencia desmesurada y gratuita, según la policía catalana, aceptó 63 años de prisión por tres asesinatos con alevosía. Los Mossos intentaron probar sin éxito que L.A.D., un sin hogar de 60 años, era víctima de Fernandes. Cinco años y medio después, el caso sigue abierto.

Repunte de la aporofobia

La fiscal delegada contra los delitos de odio y discriminación de la Fiscalía Provincial de Barcelona, Marta Gloria López Catalá, ha alertado en una entrevista a Europa Press que los casos de aporofobia han repuntado en los últimos dos años. Y como en el caso de Rosario, los autores son gente joven, sean menores de edad o personas que no han cumplido los 30 años. La fiscal también destaca el hecho de que «no hay denuncias». Las personas sin hogar, por su extrema vulnerabilidad, no las presentan. Normalmente, si un caso termina en juicio es porque lo lleva la policía, y muchas veces se archivan. De hecho, ahora mismo, solo hay abiertos dos procesos en toda el área metropolitana.

Voluntarios de Arrels durante el recuento de personas sin hogar en Barcelona / ACN-Joan Mateu Parra

La encuesta de Assís también destaca que en los casos de agresiones a personas sin hogar en los que ha habido testigos, en un 67% de las situaciones, nadie hizo nada. Desde esta entidad del distrito de Sarrià-Sant Gervasi mencionan que los ataques más habituales son insultos y robos y, en menor grado, agresiones físicas. En el 78% de los casos, los ataques los cometen jóvenes que salen de fiesta, y en el 11%, vecinos.

Ataque con amoníaco a dos sin hogar en Sant Antoni

Además de hacer recuentos de las personas sin hogar que hay en Barcelona, Arrels también realiza cada mes de junio una encuesta a los ciudadanos que viven en la calle. Y desde hace unos años, la entidad pregunta si han sufrido agresiones. «El tema de las agresiones es intrínseco al hecho de estar en la calle», subraya Fernández. «Casi un 90% ha sufrido alguna agresión desde que están en situación de calle». Uno de los últimos casos que ha denunciado Arrels es el ataque, con amoníaco, a dos personas sin hogar en el barrio de Sant Antoni.

Arrels alertaba en mayo que el aumento de los discursos de odio podría tener relación con la agresión en el barrio de Sant Antoni. En la jornada de recuerdo a Rosario, el coordinador del área de Derechos Sociales y Políticas Públicas del Institut Metròpoli, Albert Sales, ha criticado los discursos de algunos partidos políticos, especialmente de extrema derecha, que mezclan pobreza, incivismo, suciedad y delincuencia en un solo cajón, simplificando el debate político para obtener votos con «respuestas punitivas» en lugar de sociales. «Desplazan el marco de lo que es aceptable decir».

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