Miles de personas y más de 140 entidades han protagonizado esta tarde de sábado de julio en Barcelona una protesta contra el turismo masivo. Bajo el lema, 
🧳⛱️ Contra un model que ens expulsa i precaritza, avui a Barcelona sortim al carrer per dir ben alt que ja n’hi ha prou!
— CUP Barcelona ♀ (@CUPBarcelona) July 6, 2024
Decreixement turístic ja! ✊
El turisme massiu mata els barris! pic.twitter.com/YbDJOAEZjg
Según el Ayuntamiento, a partir del recuento hecho por la Guardia Urbana, unas 2.800 personas han participado en esta manifestación, en la que también había partidos políticos, como la CUP, sin representación en el Ayuntamiento. «Contra el modelo que nos expulsa y precariza», ha escrito en la red X la formación que en las elecciones al Parlament estuvo encabezada por la diputada Laia Estrada. Otra formación presente era Barcelona en Comú, con la regidora Janet Sanz. «Hoy Barcelona dice ‘basta!’ a las políticas de Collboni que convierten la ciudad en un parque de atracciones», ha valorado la extitular de Urbanismo del gobierno de Ada Colau. Y ha añadido: «Barcelona necesita medidas inmediatas: no abrir más terminales de cruceros, destinar la tasa turística a los barrios, no ampliar el aeropuerto, evitar los pisos de lujo y los alquileres de temporada».
También han asistido entidades vecinales, sindicados de la vivienda, grupos ecologistas y representantes de los colectivos No a la Copa América, una competición que antes de empezar ya ha desatado la especulación inmobiliaria, con pisos en la Barceloneta con alquileres de 25.000 euros en el mes, y la Asamblea de Barrios por el Decrecimiento Turístico. Además de Barcelona, la protesta ha tenido una réplica en Girona, con unos 400 asistentes.
«Da respuesta al malestar que hay»
Los convocantes denuncian que la llegada «masiva» de turistas «agravia» las desigualdades sociales, los problemas de acceso a la vivienda o la crisis medioambiental, y reclaman medidas para reducir la actividad turística a las puertas de un verano que se prevé de récords en la capital catalana y en el conjunto de Catalunya. Al inicio de la protesta, representantes de las entidades afirmaban que la cita «da respuesta al malestar que hay en Barcelona» hacia el turismo, un modelo propiciado por la industria turística. «Una industria que tiene enormes impactos negativos laboralmente, socialmente y ambientalmente. Afecta a la vida de las personas de Barcelona precarizándolas y haciendo que no podamos vivir en nuestra ciudad», ha dicho Martí Cusó, de Resistim al Gòtic, en declaraciones recogidas por la agencia ACN.
Ho sentiu? És la remor de fons.
— No a la Copa Amèrica 2024 (@NoCopaAmerica) July 6, 2024
Avui desbordem Barcelona. ⚡ pic.twitter.com/d6O2ZmxATI
Momentos de tensión
Si bien no se han producido incidentes, según las fuentes municipales consultadas por el TOT Barcelona, sí que se han vivido momentos de tensión cuando algunos de los manifestantes han puesto cintas delante hoteles y restaurantes para impedir la entrada y salida de clientes. La marcha ha pasado por la Rambla, en medio de grupos de turistas que visitaban el mercado de la Boqueria, convertido desde hace años en un parque temático, y por la Barceloneta, el barrio más afectado por la cita deportiva de la Copa América.
La nostra voluntat i el compromís de limitar la massificació turística i les seves conseqüències a la ciutat és ferm. Ho demostren les mesures que hem pres i que continuarem implementant.
— Jaume Collboni (@jaumecollboni) July 6, 2024
En el marc del Pla Viure d’habitatge, suprimirem més de 10.000 pisos turístics perquè…
Respuesta del alcalde
Coincidiendo con la marcha, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni ha hecho un post en la red X en el que remarca el compromiso de su gobierno de «limitar la masificación turística», y ha recordado que el plan de su gobierno es eliminar, a finales de 2028, más de 10.000 pisos turísticos en la ciudad, en cumplimiento del decreto de la Generalitat que regula esta actividad, para que vuelvan al mercado residencial. Collboni rechaza «soluciones simplistas» al problema y ha hecho bandera de las medidas que está impulsando desde el consistorio. Además de querer poner fin a los HUT (Viviendas de Uso Turístico), el ejecutivo socialista ha subido la tasa turística, hasta los cuatro euros por turista y noche en la ciudad (el máximo permitido), y reducirá el número de cruceristas que no pernocten en Barcelona.



