Muchos analistas y unos cuántos políticos han vinculado el desenlace de la investidura de este sábado a la de 2019, cuando Manuel Valls ragló sus votos a Ada Colau para «evitar un alcalde independentista». En un artículo en 
El excandidato de Ciutadans en Barcelona ha descrito el tildado el gobierno Trias-Maragall de una «auténtica provocación» que «amenazaba de hacer Barcelona una plataforma independentista sin asegurar tampoco políticas públicas capaces de afrontar los retos de la capital catalana». Por otro lado, niega que todo ello suponga un movimiento de los «poderes ocultos del Estado» y pose de ejemplo lo que pasó cuatro años atrás: «A mí nadie me pidió actuar en un sentido u otro».
«Estoy orgulloso de haber dejado huella»
Manuel Valls se ha atribuido parte del éxito de la investidura de Jaume Collboni. «Estoy encantado de que cuatro años después, otras fuerzas políticas hayan tomado la misma decisión que yo», comenta. «Algunos no lo entendieron en su momento porque rompía con una manera de hacer política», continúa. De hecho, su gesto causó un auténtico terremoto dentro de su grupo municipal, provocado el enfado de un Ciutadans que optó por distanciarse de Valls.
El exregidor mantiene que «en la vida es importante dejar un legado» y celebra haber tenido la oportunidad de ser un político de referencia en Francia. El escrito va más allá y analiza esta «nueva manera de hacer política» que dice que puso en marcha en el Ayuntamiento. «Estoy orgulloso de haber dejado huella, la de un hombre libre que cree que la política tiene que favorecer el interés general«, concluye el suyo artículo.
