Pau, uno de los tres jóvenes que pegó los polémicos carteles del alzheimer sobre los Maragall, ha revelado que recibió presiones para destapar el escándalo y acelerar la investigación. Según explicó en una entrevista en Catalunya Ràdio, días después de que estallara la polémica, un hombre se le acercó por la calle y le recomendó que se inculpara a cambio de realizar gestiones para que la causa contra él se archivara, como así acabaría sucediendo. Todo esto ocurrió antes de que se supiera que era un ataque de falsa bandera.
“Salía de cenar y por el paseo de Igualada me detiene una persona y me dice, en castellano, ‘si no quieres que esto vaya a más, entrégate’”, aseguró. El joven explicó que le dieron 50 euros para que fuera a Barcelona a confesar y que los Mossos le dejaron marchar después de tomarle declaración. Dos días después le citaron a declarar con los otros dos compañeros que habían participado en la colocación de carteles. Su confesión facilitó la tarea a los Mossos, que pudieron seguir el hilo.

Sin dar nombres porque tiene “miedo” a las posibles represalias, el joven ha detallado que la persona que lo abordó lo sabía todo sobre él y le dio información sobre lugares donde había estado y personas con las que había quedado, haciéndole entender que lo estaban siguiendo. También explicó que en las semanas siguientes el misterioso hombre le llamó en un par de ocasiones para interesarse por su situación.
Colocación de carteles sorpresa y arrepentimiento
Pau, que se ha mostrado arrepentido de haber participado en la colocación de carteles, ha explicado que el 8 de marzo de 2023 recibió la llamada del militante de ERC de l’Anoia que lo había reclutado para poner en marcha la operación. Tomaron el coche para ir a Barcelona y allí le dieron unos guantes, cinta adhesiva y los carteles. Asegura que no sabía que los carteles eran sobre el Alzheimer y que no entendió la magnitud de lo que había hecho hasta que el escándalo salió en la prensa. “Nos dieron 50 euros por tres horas de trabajo y una lista de objetivos”, añadió.
Entre los lugares donde debían pegar los carteles estaba la sede de ERC en Barcelona y varias clínicas de enfermos de alzheimer, pero ha revelado que no pudieron ir a todos lados porque los atraparon antes. “Dos personas nos vieron en la sede de ERC pegando carteles y empezaron a hacernos fotos. Sabían que iríamos allí. Nos estaban esperando”, denunció.
Un escándalo que traerá cola
El escándalo de los carteles de Maragall ha vuelto a la primera plana informativa después de que se haya filtrado un informe interno de ERC que señala al exdirector de comunicación, Tolo Moya, como responsable de coordinar la acción. El documento ha levantado mucha polvareda porque es un informe provisional que se elaboró solo con los testimonios de militantes y dirigentes del partido, pero que no aporta pruebas e incorpora revelaciones importantes que se han ido descubriendo en los últimos meses. Fuentes de los republicanos explican que la comisión de Garantías del partido mantiene abierta la investigación, pero que la está dilatando hasta después del Congreso para no favorecer a ninguna candidatura.