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Un consejero se planta y abandona el Pleno en Sant Martí por el discurso LGTBIfóbico de Vox

El cordón sanitario a la extrema derecha funciona numéricamente en Barcelona. El partido ultra ha presentado una quincena de propuestas en este mandato -muchas de ellas sin componente barcelonés y con un alto contenido xenófobo, negacionista y anticatalanista- pero solo el PP le ha votado a favor en algunas de ellas. Con este cochecito sobre la mesa, la estrategia de Vox se está centrando en intentar incendiar el debate político. No solo en Sant Jaume, sino también más allá. Un episodio reciente en el Consejo de Distrito de Sant Martí, en el que un consejero de Vox ha cuestionado el movimiento LGTBI, lo demuestra.

La formación de ultraderecha ha aprovechado el turno de impulso y control del gobierno para generar de nuevo polémica con afirmaciones falsas, y ha chocado con el resto de consejeros y ciudadanos que seguían en directo la sesión. Algunos se levantaron y optaron por abandonar la sala. Entre otras cosas, la ultraderecha ha pedido fomentar la natalidad y, con un discurso tergiversado, también ha reclamado que se retire una subvención a una entidad LGTBI a la que ha acusado de «atacar» el sector turístico por un manifiesto en el que el colectivo exponía algunas dinámicas de discriminación vividas.

El ejecutivo le ha recordado que las subvenciones se otorgan «sobre un proyecto» con criterios «técnicos y legales» y que nadie, «tampoco el gobierno», puede retirar legalmente las ayudas otorgadas a una entidad. Es decir, que el ruego nacía sin campo para correr. Poco antes, durante el repaso del informe económico del distrito, la consejera de ERC ya había reprendido al portavoz de Vox. «Deje de insultar a las entidades que trabajan por los derechos de las mujeres día tras día, ya es la segunda vez que las insulta hoy», sentenció Lourdes Arrando en esta ocasión.

Dos peatones paseando por la calle de Rogent, en Sant Martí / Ayuntamiento de Barcelona
Dos peatones paseando por la calle de Rogent, en Sant Martí / Ayuntamiento de Barcelona

Un consejero abandona la sala

Algunos vecinos presentes en la sala interrumpieron el discurso xenófobo para señalarlo y el consejero de los Comuns Alejandro Guerrero pidió a la presidencia del distrito, en manos del PP, que no permita mensajes de odio durante el pleno. El consejero ecosocialista optó por renunciar a su turno y abandonó la sala cuando la sesión plenaria apenas superaba las tres horas y media. Según argumentó después, lo hizo en señal de protesta porque Vox intensificó el jueves las falsedades y el discurso de odio sin que la presidencia actuara para frenarlo.

En declaraciones al Tot Barcelona, Guerrero lamentó que se permitan «debates y exposiciones claramente tipificadas como delito de odio» en la sede del distrito. «Creo que lo peor es ver cómo el regidor y el gobierno en Sant Martí normalizan a Vox como un partido más. Son un partido que se ampara en un presunto sentimiento de libertad para decir datos falsos o atacar frontalmente al colectivo migrante y LGTBI. Hace falta un cinturón democrático firme que funcione y defienda la democracia y los derechos humanos como prioridad absoluta», incidió el consejero. En señal de protesta, Guerrero tampoco expuso su ruego, que cuestionaba el impacto de la Copa América en Sant Martí.

La presidencia defiende su actuación

El presidente del distrito, el regidor popular Víctor Martí, no quiso retirar la palabra a Vox a pesar de los ataques al colectivo ni tampoco hizo ningún manifiesto, en nombre de la presidencia, contra el discurso de odio. «Lo que no haré es victimizar ni dar alas a gente que nos puede gustar más o menos lo que diga, y que, además, puedan usarlo como publicidad de sus proclamas, o lo que sea. Aquí todo el mundo tiene la palabra y a quien no le gusta lo que oye puede decir lo que quiera, como se ha demostrado clarísimamente con Nil [consejero de gobierno, que respondió la pregunta de Vox] y Silvia [también consejera del PSC]. Es la forma que esta presidencia cree que tiene para combatir los argumentos: no victimizar a ningún grupo ni negarle la palabra», remarcó Martí. Por su parte, los miembros del gobierno sí que rebatieron las afirmaciones. «A ustedes les da miedo el derecho a la libertad individual», espetó uno de los consejeros. «Y por suerte estamos en una democracia», reiteraron.

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