Victoria, de momento simbólica pero relevante, del alcalde de Barcelona y de su gobierno de 10 concejales. La Comisión de Economía y Hacienda ha dado luz verde a la tramitación inicial de los presupuestos del 2024, que el octubre de 2023 no se llegaron a presentar porque el PSC los retiró in extremis para evitar una derrota política anunciada. ERC y los Comunes han votado a favor, y Juntos, PP y VOX han votado en contra. Pero el sí de los Comunes, que ha sido la clave para que Collboni haya superado la prueba, tiene una condición muy concreta, para que después se materialice en el sí que Jaume Collboni necesita para la aprobación en pleno de los presupuestos de aquí a 30 días: entrar al gobierno antes de estos 30 días. El alcalde tiene un mes para deshacer el dilema que ha planteado la votación de este martes: o tripartito o cuestión de confianza, un dilema que, sobre el papel, deja fuera de juego a Trias per Barcelona en términos de ampliación de gobierno municipal. Ahora bien, el teniente de alcalde de Economía, Hacienda y Promoción Económica, Jordi Valls, no cierra la puerta a arrancar un sí a las cuentas de los de Junts«Nosotros también contamos con Junts, y le quiero dejar claro».
Por parte del gobierno municipal, no ha habido novedades argumentales, y Jordi Valls ha hecho bandera de ofrecer las mejores cuentas de la historia de la ciudad: «Es el presupuesto más social de la historia del Ayuntamiento de Barcelona, y con 3.800 millones de euros, el más elevado que ha tenido la ciudad. Es un presupuesto más próximo, que facilita más autonomía a los distritos para hacer más próximo al Ayuntamiento, y que dibuja los principales retos de la ciudad».
Trias per Barcelona alerta del tripartito: dardo a ERC
El regidor de Trias per Barcelona Ramon Tremosa ha vinculado el acuerdo de ERC en Barcelona a otro acuerdo que ya tendrían cerrado los socialistas y los republicanos para aprobar los presupuestos de la Generalitat, y ha lanzado una alerta al PSC: «El PSC está a punto de votar el presupuesto de ERC a pesar de los incumplimientos flagrantes del acuerdo del año pasado», y un dardo potente contra el partido con quien Junts tenía un acuerdo de gobierno hasta que PP y Comunes invistieron a Collboni: «ERC tiene todo el derecho a pactar con quien quiera, pero esto se tiene que decir antes de las elecciones, porque entonces se comete fraude electoral», ha dicho Tremosa, que se ha apresurado a dejar claro que no es el caso de Junts: «Trias dijo que podía pactar tanto con el PSC como con ERC. Con el PSC ha habido conversaciones muy agradables, pero no voluntad negociadora».
Y Ramon Tremosa todavía ha afilado más el dardo a ERC con una segunda intervención: «Recordar a ERC que han pasado de 10 a 5 regidores para hacer de monaguillos del PSC y que ojalá no sigan así».

ERC «sale de la zona de confort»
Por parte de ERC, Jordi Castellana ha dejado claro a Trias per Barlelona que «cada cual toma las decisiones desde sus legítimos posicionamientos, y la decisión que toma ERC creemos que es útil para los barceloneses y barcelonesas». El regidor republicano ha reconocido que el apoyo de ERC al PSC los puede pasar factura a corto plazo, pero que la formación considera que es un riesgo que hay que asumir por el bien de Barcelona: «Tenemos un gobierno en franca minoría, que nos obliga a tender puentes entre varias formaciones. Todo el mundo sabe qué defendemos cada cual, pero en ERC entendemos que nos toca poner toda nuestra capacidad al servicio de los barceloneses y barcelonesas, salimos de nuestra zona de confort, sabiendo que puede tener efectos negativos a corto plazo, pero no nos importa», ha remachado Castellana, que no ha querido polemizar con Tremosa.

Comunes: o tripartito o cuestión de confianza
En Barcelona en Comú, conscientes de que el PSC ya tiene a ERC en el saco -y con toda probabilidad en el gobierno-, han querido hacer valer su sí, imprescindible para empezar a tramitar las cuentas, poniendo Collboni contra las cuerdas: o tripartito o cuestión de confianza. «Para hacer el que ahora no hace el gobierno, les daremos la última oportunidad y permitiremos la tramitación de los presupuestos del 2024. Es una sorpresa para usted, porque no es el fruto de su trabajo, pero los queremos ofrecer mayorías sólidas para salir adelante las políticas que necesita la ciudad. Pero que quede claro, es la última oportunidad. Tiene 30 días para hacer un gobierno amplio de izquierdas en Barcelona, porque el electorado progresista de esta ciudad no entiende que el presupuesto vaya desatado de un gobierno amplio. Aprovechen la propuesta, no hacerlo sería mantener una actitud de irresponsabilidad. En el regate corto y permanente no nos encontrarán».
Por parte de PP y VOX, coincidencias claras sobre cuestiones como la seguridad en la ciudad o la huella de Ada Colau en los presupuestos. Ángeles Esteller ha dicho que «el presupuesto perpetra una presión fiscal asfixiante para los barceloneses y consolida inversiones totalmente cuestionadas que son continuidad del que hacía Colau, y no se avanza en la colaboración pública, privada». Para VOX, Gonzalo de Oro Pulido ha recopilado todo tipo de adjetivos sobre la Barcelona que dibuja Collboni: «¡Es una antesala del tripartito, aquello que teníamos que evitar a todo precio! Es un presupuesto que nos recuerda en la Barcelona de Colau: delincuencia, ocupación, vivienda inasequible, contra el turismo, contra el comercio, contra las libertades… la Barcelona del cannabis y la droga. Collboni nos ha llevado el separatismo, y también la ciudad cutre, oscura y comunista de Colau».
ERC ya encarrila la entrada en el gobierno
Lo sí de ERC ya lo habían anunciado este lunes los republicanos, al hacer público un acuerdo con el PSC para los presupuestos -fotografía oficial incluida- que, de hecho, es la antesala de su entrada al ejecutivo de Jaume Collboni. Varias fuentes señalan que será inminente, antes de la votación de las cuentas, que, si no hay un pleno extraordinario, será el próximo 22 de marzo. La incógnita es si el PSC aceptará la condición de Barcelona en Comú: «Ya fuimos responsables haciendo alcalde Collboni para evitar un alcalde de derechas. La alternativa es una cuestión de confianza», ha sentenciado la regidora Janet Sanz.